El 11 de marzo de 2011, la central nuclear Daiichi de Fukushima experimentó tres crisis nucleares iniciadas por el tsunami que siguió al terremoto de Tōhoku. Este catastrófico evento fue el desastre nuclear más importante desde el colapso de Chernobyl de 1986.
Cuando la gente piensa en el desastre de Fukushima, solo se preocupan por el daño humano. Alrededor de 18.500 personas murieron como resultado del accidente y muchas otras miles perdieron sus hogares, por no hablar de las altas posibilidades que tienen los supervivientes de desarrollar cáncer.
Lo que muchas personas olvidan es que el desastre de Fukushima también afectó enormemente a la vida salvaje de la región. Los animales no solo enfrentaron los mismos riesgos que los humanos, sino que muchos de ellos no fueron evacuados y simplemente fueron abandonados a una muerte segura.
A continuación te mostramos lo que pasó con ciertos animales que aún viven en Fukushima: 1- Jabalíes como nuevos dueños de la ciudad
Una vez que la gente de Fukushima fue evacuada, los jabalíes descendieron de las montañas y tomaron el área. En pueblos costeros como Namie o Tomioka, los jabalíes se pavonean por las calles mientras buscan alimento y, a veces, atacan a los humanos que intentan regresar a sus hogares.
Según el alcalde de Namie, Tamotsu Baba, "ahora no está muy claro quienes son los dueños de la ciudad. Si no nos deshacemos de ellos y convertimos esto en un pueblo liderado por humanos, la situación será aún más salvaje e inhabitable".
Los jabalíes que gobiernan la ciudad hacen difícil, si no imposible, que la gente de Fukushima se reubique pacíficamente. Los humanos no se están tomando esto a la ligera. Un solo escuadrón liderado por Shoichiro Sakamoto, ha capturado a más de 300 verracos hasta ahora. A pesar de estos esfuerzos, los jabalíes radiactivos parecen decididos a seguir viviendo en las ciudades.
2- Perros y gatos del refugio de Nyander Guard https://www.youtube.com/watch?time_continue=5&v=xTc1vjHU7KI
Nyander Guard es un refugio que alberga a aquellos animales que se perdieron o fueron abandonados en Fukushima después del desastre. En total, unos 20.000 animales fueron dejados a su suerte.
Los primeros esfuerzos por rescatar a estos animales vinieron de la mano Akira Honda, un empresario de 52 años de Fukushima que pidió la ayuda de voluntarios que le ayudasen en esta tarea.
Estas personas a menudo tenían que escabullirse por las barricadas de la policía para regresar al área radioactiva. Después de que unos pocos voluntarios fueran detenidos, las misiones de rescate se volvieron mucho más difíciles. Nyander Guard fue una solución patrocinada por el gobierno con la que han rescatado alrededor de 750 perros y gatos.
Desafortunadamente, encontrar familia para estos animales es todo un desafío. A las personas no solo les preocupa la exposición a la radiación, sino que la adopción de animales no es una práctica muy común en Japón. Por lo general, cuando las personas quieren mascotas, las compran.
3- Las poblaciones de aves en Fukushima están desapareciendo
Según un estudio realizado por Tim Mousseau, profesor de Ciencias Biológicas de la Universidad de Carolina del Sur, la población de aves cerca de Fukushima está en caída libre desde el desastre nuclear.
Después de realizar 2.400 conteos de aves y recolectar datos sobre 57 especies diferentes, Mousseau y su equipo determinaron que 30 de estas especies experimentaban fuertes disminuciones en su población. El efecto es más pronunciado para las aves residentes como el cuervo carroñero y el gorrión de árbol eurasiático, y menor para las aves migratorias que no llegaron al área hasta que algo de la radiación se disipó.
4- Las mariposas afectadas por la radiación tienen defectos de nacimiento
Las mariposas en Fukushima han demostrado ser especialmente sensibles a la radiación. Un estudio dirigido por Joji Otaki, biólogo de la Universidad de Ryukyus en Nishihara, mostró que las mariposas y las larvas de mariposa alimentadas con hojas radioactivas experimentaron anomalías físicas como la deformación de las alas y unas tasas de supervivencia mucho menores.
5- El conejo que nació sin orejas https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=DGSfEJubHJg
Yuko Sugimoto, residente de una ciudad a las afueras de la zona evacuada, es una criadora de conejos que descubrió algo extraño entre sus animales durante la primavera de 2011. El 7 de mayo nació un conejo con albinismo, y lo más importante, sin orejas.
Nacido solo dos meses después del desastre nuclear, este conejo simbolizaba los estragos que puede llegar a causar la radiación. Si bien nunca se probó que la falta de orejas del conejo de la Sra. Sugimoto estuviese causada por la radiación, el hecho todavía suscita temor sobre qué tipos de defectos de nacimiento podrían generar en los humanos.
6- Los caballos de Minamisōma prosperan a pesar de ser abandonados a su suerte
Minamisōma, una ciudad de Fukushima, celebra un festival con una antigüedad de más de 10 siglos llamado festival Soma Nomaoi ("persiguiendo caballos salvajes"). Hasta que el desastre de Fukushima hiciese la ciudad inhabitable, el festival se celebraba anualmente para honrar las contribuciones que los caballos han hecho a la humanidad.
Después de ser forzado a evacuar, el ranchero Shinichiro Tanaka volvió para buscar a sus caballos, los cuales estaban muertos o hambrientos.
El gobierno japonés ordenó a Tanaka sacrificar los caballos restantes, pero este se negó a hacerlo. En lugar de eso, los cuidó con la ayuda del director Yoju Matsubayashi, quien documentó la experiencia y creó una película documental llamada The Horses of Fukushima.
7- El salmón contaminado se dirigió a la costa oeste de los Estados Unidos
Después del desastre de 2011, personas de todo el mundo comenzaron a preocuparse por el agua contaminada que se filtraba en el Océano Pacífico. Lo cierto es que este miedo no estaba completamente infundado.
En 2016, se encontraron salmones que contenían partículas de cesio 134, una sustancia radiactiva conocida como "la huella de Fukushima", a 10.000 kilometros del lugar del desastre frente a la costa de Oregon.
Si bien esto parece aterrador, en realidad no es tan malo. Según Ken Buesseler, un científico de la Institución Oceanográfica Woods Hole, los niveles encontrados eran demasiado bajos como para ser dañinos.
Mientras tanto, la vida marina cerca de Fukushima parece estar recuperándose. A pesar de los materiales radiactivos tirados al mar, las poblaciones acuáticas se han mantenido relativamente constantes y no se han observado mutaciones significativas.
Esto se debe probablemente a que las corrientes oceánicas dispersaron los desechos tóxicos antes de que pudieran tener un impacto serio en la población del océano.
8- Naoto Matsumura, el guardián de los animales
La historia de Naoto Matsumura es la historia de un verdadero héroe. Matsumura residía en Tomioka, una ciudad de Fukushima que fue evacuada a raíz del desastre nuclear. Después de evacuar, regresó a la granja de su familia para ver qué había sido de ella. Cuando llegó, encontró un desolado y yermo desierto carente de vida humana pero lleno de animales abandonados.
A pesar del peligro, Matsumura decidió dedicar su vida al cuidado de estos animales. Actualmente tiene una gran variedad de animales a su cargo entre los que se incluyen perros, gatos, vacas, patos, avestruces, cerdos y un pony.
Matsumura afirmó que no está preocupado por lo que podría pasarle como resultado de vivir en una zona radioactiva. Al principio le preocupaba poder desarrollar cáncer o leucemia, pero los médicos le aseguraron que eso no sucedería hasta después de 30 o 40 años.
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