La libertad que tenemos hoy en día nos permite, entre otras cosas, la libre elección de creer o no en Dios. Somos libres de tener las creencias que queramos. Los científicos creen que creer en Dios no tiene que ser solo el pensamiento crítico de cada uno, sino que entre las cosas que nos hacen creer o no en Dios influyen muchas más cosas, como el sentimiento de recompensa o el de placer.
¿Qué le pasa a nuestro celebro cuando no creemos en Dios? Podría quitarnos el bienestar interno
La ciencia afirma que creer en Dios es como una adicción, nos ofrece un bienestar interno y una situación de placer inigualable. A esa persona le será muy difícil renunciar a su creencia.
Para que una persona deje de creer en Dios tiene que sufrir una pérdida inigualable que le haga dudar de sus creencias y un pensamiento crítico que le haga dudar de sus ideas. Si alguna de estas dos cosas ocurre, y el sujeto empieza a cuestionarse sus creencias, en su mente ocurrirá lo siguiente.
Nos convertimos en personas más racionales
Por un lado, conforme más nos alejamos de la posibilidad de la existencia de Dios, un pensamiento más crítico surge de nosotros, nos convertimos en personas mucho más racionales. Pero, por otro lado, nuestro nivel de satisfacción con nuestra vida bajará, lo que supone ser menos felices con nosotros mismos.
Aumenta la capacidad crítica
Esto quiere decir que, creer en Dios nos haría ser seres más felices pero más irracionales, y el no creer en el aumentaría nuestra capacidad crítica y de razonamiento pero nos haría más infelices.
Esto no deja de ser un estudio científico, seguramente existirán muchas excepciones de gente que al no creer en Dios será más feliz y viceversa. Pero supone un gran avance entre la religión y la ciencia.
¿Tú que opinas? ¿Crees que no creer en Dios nos hace ser más racionales? ¡Comparte con tus amigos los cambios que sufre el cerebro cuando dejamos de creer en Dios! Fuente e imagen de portada: PXhere - Pixabay