En el 2012, unos años después de que los médicos le dieran la noticia de que tenía cáncer, Carol Vincent veía como solo podía sentarse a esperar a que su cáncer progresaba. La enfermedad ya había hecho mella en su cuerpo, cada vez le resultaba más difícil sobreponerse a los síntomas a la vez que trabajaba en su propio comercio.
"La vida es un estrés sin sentido y luego te mueres", pensó. "Todo lo que hago es sentarme aquí esperando a que toda esta pesadilla termine."
Un día cualquiera, mientras estaba esperando para cruzar la carretera, se preguntó a sí misma si ser atropellada por un coche sería algo malo, y rápidamente comprendió que su salud mental estaba casi tan agotada como su estado físico.
Poco tiempo después, su hijo de 27 años le envió una invitación de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins la cual buscaba pacientes con cáncer para participar en unas pruebas realizadas con psilocibina, el ingrediente activo de los hongos alucinógenos.
Carol nunca había consumido ninguna droga. No le hacía ilusión siquiera tomarse una aspirina, sin embargo, con la esperanza de que aquella oportunidad pudiese librarle de su pesadilla, tras meditarlo unos días, se registró en el programa y tomó el primer vuelo hasta Baltimore.
Los resultados del tratamiento que recibió Carol y otros 79 sujetos del programa son muy alentadores. Un par de estudios publicados por "The Journal of Psychopharmacology" proporcionan la prueba más sólida hasta la fecha de que una sola dosis de psilocibina puede aliviar la ansiedad y la depresión asociada con el cáncer durante al menos seis meses.
Aproximadamente el 40% de las personas con cáncer sufren trastorno en el estado de ánimo, hecho que aumenta el riesgo de cometer suicidio y perjudica el tratamiento. Por desgracia, los cambios obtenidos tras utilizar antidepresivos son bastante pobres. "La gente enfrenta su propia mortalidad, su propia desaparición", dijo Roland Griffiths, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor principal de uno de los estudios.
Dos equipos de investigadores, uno dirigido por Griffiths y otro por el psiquiatra Stephen Ross, analizaron simultáneamente a un grupo de pacientes que sufrían cánceres potencialmente mortales, a lo que se añadió un diagnóstico psiquiátrico de ansiedad o depresión de cada individuo.
En el experimento realizado por el equipo de Griffiths, a la mitad de los participantes se les administró una dosis baja de psilocibina como control, seguida de una dosis alta cinco semanas después. Los resultados fueron realmente notables: seis meses después, el 78% de los participantes se encontraban menos deprimidos respecto a cuando empezaron el tratamiento y el 83% afirmaba estar menos ansiosos. Además, después de 6 meses, el 65% se había recuperado casi totalmente de la depresión y el 57% de su ansiedad. Mientras tanto, en otros experimentos anteriores realizados con antidepresivos, sólo se logró ayudar al 40% de los pacientes con cáncer.
Tras los seis meses, dos tercios de los participantes calificaron la experiencia como una de las cinco más increíbles de sus vidas. Atribuían su mejoría a cambios positivos en su actitud ante la vida y sus relaciones sociales. La calidad de vida mejoró, al igual que su pensamiento respecto al "sentido de la vida" y el optimismo.
Los resultados del estudio realizado por Stephen Ross fueron muy similares. Los datos recogidos coincidieron en que la psilocibina tenía efectos inmediatos y duraderos. Seis meses después del tratamiento, del 60% al 80% de los participantes notaron mejoras en su depresión y su ansiedad mientras que el 70% lo consideró una de las cinco experiencias más significativas de sus vidas.
"Para mí, lo más sorprendente es que el estudio funcionó a pesar de mi escepticismo", dijo Ross, principal autor del estudio realizado por la Universidad de Nueva York. "Antes del tratamiento, algunos de los participantes lloraban y temblaban cuando hablaban de su cáncer.
Sin embargo, en el momento en que recibían la psilocibina, su angustia se reducía. Es algo totalmente revolucionario para en psiquiatría el poder disponer de un medicamento que mejora inmediatamente la depresión y la ansiedad sumado a un efecto tan duradero."
Todavía no se sabe con certeza cómo funciona la psilocibina con exactitud, un problema bastante común con las drogas que afectan a la química del cerebro. La psilocibina parece calmar la corteza prefrontal, una parte del cerebro donde el aumento de la actividad se ha asociado con la depresión.
También podría actuar en la forma en la que el cerebro utiliza el glutamato, un neurotransmisor que afecta el aprendizaje y la memoria. Ross afirmaba que quizás podrían estar viviendo una especie de "TEPT inverso", un recuerdo profundamente positivo que afecta a los participantes durante meses, al igual un trauma grave puede perdurar toda una vida.
Desde el momento en que recibió el tratamiento, Carol ha estado tomando clases de arte para plasmar algunas de las visiones que experimentó inducida por la psilocibina. Su sentimiento de ansiedad y depresión no han vuelto a aparecer.
Aunque no han habido efectos secundarios serios al tratamiento, salvo algunos estados de paranoia temporal, subida de tensión o náuseas. Los investigadores de ambas universidades advirtieron que sus hallazgos no sugieren que cualquier personas deba experimentar con hongos alucinógenos. Algunos grupos, como las personas con esquizofrenia, podrían agravar su problema al utilizar psilocibina.
Todavía faltan muchos muchos años para que la psilocibina pueda convertirse en un tratamiento prescrito aliviar la depresión relacionada con el cáncer. Aunque los investigadores pueden adquirir psilocibina para los estudios, sigue siendo ilegal, lo que añade un obstáculo extra para el desarrollo de futuros fármacos.
¿Qué te ha parecido este novedoso experimento? ¿Estarías dispuesto a probar una droga para tratar una enfermedas? Háznoslo saber en los comentarios.