Los gatos son animales curiosos, inquietos y divertidos. Por ello cuando vemos que algo le ocurre a uno de ellos nos sentimos mal y hacemos todo lo posible por ayudarles, al menos así debería ser ya que los animales se pueden contagiar de nuestras fuerzas y gana de luchar para mantenerse fuertes y sanos.
El gato protagonista de esta historia que te traemos hoy se llama Duchess y aunque su mandíbula está torcida eso no impide que sonría y muestre su felicidad todos los días.
En Octubre de 2015 llegó al Refugio de animales de Texas 'Adobe Animal Hospital and Clinic' un gato que había sido atropellado por un coche. Una persona que lo había visto no tardó en recogerlo y llevarlo allí para que lo atendieran.
La mayoría de los animales callejeros que llegan en este estado son eutanizados, sin embargo, Duchess tuvo suerte cuando los empleados encargados del hospital del refugio decidieron que tenían que salvarlo.
Repararon su mandíbula con urgencia y le dieron el mejor trato posible.
El camino de la recuperación no fue fácil para este gato, ya que tuvo que permanecer en la clínica durante un mes. Tuvo que ser alimentado con un tubo y le administraban diferentes tipos de medicación. Todos sabían que sus posibilidades de sobrevivir eran mínimas, pero aún así lo seguían intentando.
Duchess siguió luchando durante todo el proceso y consiguió recuperarse, aunque le han quedado secuelas tras el accidente. Su mandíbula está torcida, no tiene todos los dientes y no puede masticar de forma correcta.
Pero nada de esto le impide ser feliz, ya que un día Tate fue al refugio para empezar su nuevo trabajo en la clínica y se enamoró al instante de él.
Asegura que cuando se vieron por primera vez, el gato empezó a ronronear y que en ese momento supo que eran sonidos de amor y esperanza, por lo que esperó que se recuperara antes de llevárselo a casa.
Tate pasa todos los días junto a su gato y asegura que nunca ha querido a nadie de la forma que lo quiera a él. Comparten un vínculo muy especial.
Actualmente, Duchess ya tiene tres años y comparte casa con Tate y con Joshua, un Husky Siberiano, Peaches, un Bichón Maltés y Oliver, un gato.
Se lleva muy bien entre ellos y se pasan todo el día jugando juntos.
Tate asegura que todavía están aprendiendo a cuidarlo, ya que aún tiene algunas operaciones pendientes y tienen que estar atentos a sus revisiones y cuidados. Nos alegra ver que haya encontrado un hogar y que cada día se encuentre mejor.
No olvides compartir la valiente historia de este gato con todos tus amigos. Fuente The Dodo