Este es Pui, un perrito adorable que pasa sus días en las calles de Bangkok, la capital de Tailandia. Un día estaba buscando algo para comer en un vertedero justo cuando se encontró una bolsa de plástico blanco. Pui se dio cuenta inmediatamente de que había algo extraño en esa bolsa. Con precaución, se lo llevó metido dentro de la boca de nuevo a la casa de su familia, en la que ladró hasta que alguien se dio cuenta de que estaba allí.
Se podía oír un llanto que venía de dentro de la bolsa. La familia se quedó paralizada hasta que el dueño de Pui decidió abrir la bolsa y sacó a un bebé recién nacido de ella. Se veía claramente que era un bebé prematuro. Su cuerpo era muy pequeño y frágil. De inmediato lo envolvieron en mantas y llamaron a la ambulancia.
El bebé pesaba menos de 2 kilos y sufría una desnutrición terrible. Cuando llegó al hospital le alimentaron por vía intravenosa antes de que el personal del hospital iniciase la búsqueda de los responsables.
Al cabo de unas semanas en cuidados intensivos y llenándole de amor y cariño, el pequeño se recuperó. Aún no sabemos cómo pudo soportar tanto siendo tan pequeño pequeño pero se comportó como un auténtico campeón. La prensa se hizo eco del caso e informaron sobre el rescate de Pui.
Pui recibió una medalla por su heroica acción y su familia también recibió una pequeña recompensa de alrededor de 300 euros por hacerse cargo del bebé.
Sin duda no cualquier perro actuaría así al ver algo parecido. Se ve que suponía que había vida dentro de esa bolsa porque en caso contrario no le hubiese hecho caso. La inteligencia de los perros a veces sobrepasa los límites. Una historia así nos llena de felicidad a todos.
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