Da mucha pena visitar un refugio de animales. La mayoría de ellos han sido abandonados, maltratados o rechazados por familias que no han considerado que tener un animal es una responsabilidad muy grande. Por suerte, hay familias que adoptan a estos animales y te vamos a contar la historia de una de ellas.
Una familia adoptó un galgo italiano llamado Lou de un refugio. Lou era muy tímido y estaba asustado. Estaba aterrorizado de la gente y los perros. Lou venía de un propietario violento y había vivido una vida triste y dura.
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Los trabajadores del refugio pensaron que su alma se había perdido. Sin embargo, la nueva familia de Low no iba a renunciar a él. Decidieron mostrarle a Lou los maravillosos momentos y lugares que la vida tenía para ofrecerles. Este verano, lo llevaron a los Hamptons.
En los Hamptons, el alma de Lou revivió. Conoció a un nuevo amigo llamado Buddha, quien lo ayudó a ser más abierto y conocer más amigos peludos. De hecho, donde Buddha va, Lou lo sigue.
Dan largos paseos, toman el sol y duermen la siesta. Si hay algun perro que podría ayudar a cualquiera a disfrutar la vida de nuevo, ese es Buddha. Después de todo ¡su nombre lo dice todo! Basta con mirarlo, parece muy zen.
Lou hizo su primer viaje a la playa. Como a la mayoría de los perros, ¡le encanta! Adoraba mirar fijamente al mar o a su dueño sacándole una foto.
Disfrutaba del sol en su piel y de la arena entre sus dedos de las patas. ¡Qué maravilloso momento para Lou! Especialmente cuando ha tenido el corazón roto.
Después de su primer viaje a la playa, Lou se echó en su cama y disfrutó de una larga y merecida siesta.
Lou, el nuevo y sonriente galgo italiano, finalmente descubrió el placer de ser perro. El verano en los Humptons le enseño como amar, ser amado y que su viaje a la playa con sus humanos favoritos puede levantarle el ánimo a cualquiera.
¿Te ha gustado el cambio de actitud de Lou? ¡No olvides compartir con todos tus amigos! Fuente: shareably