El magnesio es de vital importancia para nuestra salud, ya que participa en más de 300 funciones del cuerpo. Tiene un gran impacto en los procesos bioquímicos, muchos de los cuales son cruciales para funciones como:
- La fabricación de trifosfato de adenosina, que es un nucleótido fundamental en la obtención de energía celular
- La relajación de los vasos sanguíneos
- La función muscular y nerviosa
- La formación adecuada de huesos y dientes
- La regulación del azúcar en la sangre y la sensibilidad a la insulina, que es importante para la prevención de la diabetes tipo 2
La falta de magnesio puede desencadenar graves problemas de salud. Puede conducir al deterioro de la función metabólica celular, a dolores de cabeza por migraña, a la ansiedad, a la depresión, a la fibromialgia, a enfermedades cardiovasculares, a la muerte súbita cardíaca e incluso a la muerte por otras causas.
¿Cuánto magnesio necesitamos?
Hace un siglo, la gente ingería aproximadamente 500 mg de magnesio a través de la dieta. Hoy en día, esa cifra ha descendido y se sitúa entre los 150 y los 300 mg.
Los alimentos orgánicos sin procesar tienden a ser la mejor opción para asegurarnos de consumir suficiente magnesio. Sin embargo, como el contenido de magnesio de los alimentos depende de la riqueza del suelo en el que se cultivan, incluso los orgánicos puede que no sean ricos en este mineral.
La cantidad de magnesio que debemos tomar diariamente es entre 310 y 420 mg al día, dependiendo de la edad y el sexo. Aún así, algunos investigadores creen que sería muy beneficioso consumir al menos 600 mg.
Factores de riesgo, signos y síntomas de la deficiencia de magnesio
Los principales factores de riesgo que pueden conducirte a la deficiencia de magnesio son:
- Llevar una dieta de alimentos procesados.
- El estrés.
- La falta de sueño.
- El consumo de alcohol y medicamentos recetados, especialmente diuréticos, estatinas, flúor y fármacos que contienen flúor.
Los primeros síntomas de deficiencia de magnesio incluyen:
- Espasmos musculares en las piernas
- Dolores de cabeza y migrañas
- Pérdida de apetito
- Náuseas y vómitos
- Fatiga o debilidad
¿Cuáles son los alimentos más ricos en magnesio?
La mejor manera de mantener los niveles de magnesio equilibrados es consumir bastantes verduras de hoja verde oscuro. Algunas de las mejores son:
- Acelgas suizas
- Espinacas
- Brócoli
- Coles de Bruselas
- Kale
- Lechuga romana
Otros alimentos que son particularmente ricos en magnesio son:
- Semillas de cacao crudo
- Aguacates
- Semillas calabaza
- Semillas de sésamo
- Semillas de girasol
- Anacardos
- Almendras
- Nueces de Brasil
- Salmón
- Atún
- Cilantro
- Cebollín
- Semillas de comino
- Perejil
- Semillas de mostaza
- Hinojo
- Albahaca
- Clavo
- Papaya
- Frambuesas
- Tomate
- Melón
- Fresas
- Sandía
Es importante mantener el equilibrio adecuado entre magnesio, calcio, vitamina K2 y vitamina D. Estos cuatro nutrientes trabajan juntos sinérgicamente, y la falta de equilibrio entre ellos es la razón por la cual los suplementos de calcio se asocian con un mayor riesgo de ataques cardíacos y apoplejía.
También recuerda que, aunque es mejor obtener el magnesio de la dieta, es probable que muchos alimentos sean deficientes en magnesio y otros minerales debido a que se cultivan en suelos de poca calidad. Los fertilizantes como el glifosato en realidad actúan como quelantes, bloqueando efectivamente la absorción y la utilización de minerales.
Por lo tanto, probablemente necesites optar por los suplementos de magnesio. Aún así es importante que lo consultes con tu médico antes de tomarlos.
Si quieres comer aguacate sin riesgos, lo mejor es que evites el fenómeno de la mano del aguacate. ¿Conseguirás abrir uno sin consecuencias?
¿Conocías la importancia del magnesio para el buen funcionamiento del organismo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: The Hearty Soul Este artículo se ha realizado únicamente con fines informativos, no está destinado a proporcionar asesoramiento médico. ROLLOID no se responsabiliza de las posibles consecuencias de cualquier tratamiento, procedimiento, ejercicio o modificación de la dieta, que se ponga en práctica tras la lectura de esta publicación.