Si alguna vez compras por internet una bicicleta y la compañía de transporte te trae una caja de cartón en la que se puede ver la imagen de un televisor, no te asustes, no se han equivocado de pedido.
Desde principios de 2016, VanMoof, una empresa de bicicletas holandesa, envía sus productos en cajas de cartón con imágenes de televisores. En principio, esto podría resultar muy extraño, pero hace unos meses, el director creativo de la compañía, Bex Rad, explicó el motivo por el cual mandan sus bicicletas de esta manera tan peculiar.
VanMoof
Después de un tiempo utilizando cajas a las que les pegaban las etiquetas de "muy frágil", se dieron cuenta de que los transportistas y las compañías navieras hacían caso omiso a ese tipo de advertencias.
Visto lo visto, decidieron pensar en el método perfecto para enviar sus bicicletas y que llegasen sanas y salvas a las casas de los clientes. Fue así como se les ocurrió la idea de meterlas en cajas de televisores.
Las bicicletas, generalmente se consideran más duraderas, por lo que las compañías de transporte no son tan cuidadosas con ellas como con los televisores, los ordenadores o cualquier otro tipo de productos electrónicos.
"Creemos que nuestra solución funciona mejor porque las compañías navieras saben que, si dañan un televisor, acaban trabajando más de la cuenta, por lo que lo tratan con mayor delicadeza", dijo el cofundador y CEO de VanMoof, Ties Carlier.
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"Este método ha reducido notablemente los índices de daños en nuestras bicicletas", afirmó Rad. "El cambio en el diseño de la caja ha supuesto entre un 70 y un 80% menos de productos dañados en el camino".
VanMoof puso todo su esfuerzo y dedicación en encontrar una opción inteligente y segura para mandar sus bicicletas.
Lo lograron, pero no se quedaron ahí, fueron más allá. Sus clientes se quejaban constantemente de los robos, por lo tanto decidieron lanzar su primera SmartBike, una bicicleta que podía ser rastreada por la empresa en caso de ser robada. Si, tras más de dos semanas, la empresa no ha sido capaz de encontrarla, su dueño recibirá otra completamente gratuita.
Carlier admite que le asusta la idea de que este método de empaquetar las bicicletas se haga tan popular que las compañías navieras sean conscientes de ello y dejen de ser cuidadosas. En última instancia, la compañía sólo espera que estas soluciones tan ingeniosas puedan hacer que más gente compre sus bicicletas y disfruten de ellas.
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