Seguramente habrás escuchado alguna vez la típica frase de "las cosas ya no se hacen como antes" para referirse a la pobre calidad de los productos actuales en comparación a los que se hacían hace unos años atrás.
Lo cierto es que, dejando a un lado los productos electrónicos y el tema de la obsolescencia programada, resulta que incluso productos tan simples como las prendas de vestir parecen haber experimentado una disminución en su calidad bastante dramática.
Las prendas de algodón son buena prueba de ello. Casi todos tenemos alguna prenda de algodón de hace años con mejor aspecto que una recién comprada. ¿Por qué pasa esto?
Como cualquier industria, la textil también busca aumentar el beneficio de sus productos aunque eso signifique disminuir la calidad final.
Existen multitud de tejidos utilizados para confeccionar camisetas, diferentes calidades y cualidades que vienen definidas por la materia prima, el tipo de fibra que componen el hilo y el tratamiento que se le aplica, y la técnica con que se tejen estos hilos para formar el tejido en sí mismo.
Las características y el tratamiento de las fibras que forman el hilo afectan a las cualidades finales de tejidos fabricados con la misma materia prima, según el tratamiento que se aplique a la materia prima, y la longitud y regularidad que tengan las fibras obtenidas para formar el hilo resultante, obtendremos diferentes calidades en el tejido final.
En el caso de los tejidos realizados a partir de algodón, la calidad viene determinada por dos parámetros principalmente: la calidad de la materia prima y el proceso de hilado.
Las mejores variedades de algodón cuentan con fibras finas y resistentes que superan los 32 mm de longitud. El problema de este tipo de variedades es que su producción es demasiado escasa. Su crecimiento es tan lento y sus cosechas son tan reducidas que su volumen de producción solo supone el 3% de la producción total de algodón.
De esta manera, casi la totalidad de la producción mundial de algodón pertenece al tipo 'American Upland'. Dentro de esta variedad podemos encontrar distintos niveles de calidad en función de la longitud de sus fibras (no suelen superar los 25 mm), del grosor y de la resistencia.
Dependiendo del nivel de calidad que tenga las fibras del algodón, se podrá utilizar un proceso determinado de hilado, algo que resulta determinante para la obtención de un buen producto final. La gran mayoría de las camisetas de propaganda que terminan siendo utilizadas como pijamas son creadas a partir de un hilado llamado "open end".
Creado en Checoslovaquia durante los años sesenta, ese tipo de hilado fue desarrollado con la única intención de aprovechar el algodón de baja calidad. Durante este proceso, un montón de fibras cortas y débiles dan vueltas en un tambor gigante de forma que cuando se tira de un cabo, las demás fibras se van enrollando a su alrededor para formar un hilo.
Está técnica hace que el resultado final tenga un tacto menos suave, sea menos resistente y de lugar a las famosas bolitas después de unos viajes a hasta la lavadora. Si miramos detenidamente el anudado de este hilo, podremos ver que tiene el mismo aspecto que una madeja enredada con multitud de cabos que sobresalen.
El siguiente salto de calidad son los tejidos realizados a partir de hilado en anillos. Para su fabricación se utilizan fibras de longitud media y una tecnología que imita el hilado manual: el algodón se carda para eliminar impurezas y para alinear las fibras que luego se retuercen y estiran. Como resultado se obtiene un hilo liso, uniforme y con poco cabos sueltos.
Durante este proceso se eliminan las fibras más cortas, lo que supone una pérdida de hasta un 15% del algodón utilizado. Las camisetas que han sido producidas mediante esta técnica suelen llevar en su etiqueta "algodón peinado" o "combed cotton".
Como es de suponer, la pérdida de algodón que se produce durante el procedimiento encarece el material, por lo que además de ser más resistentes y suaves, también son más caras.
Curiosamente, en lugar de prestar atención a todo lo mencionado anteriormente, las personas suelen valorar la calidad de una prenda según el peso del tejido. Por extraño que parezca, una camiseta gruesa y pesada de tejido "open end", tiene peor calidad y aguantará menos que una camiseta fina de algodón peinado.
Así que ya sabes, si pretendes hacerte con una camiseta de algodón que te dure toda la vida, lo mejor es que preguntes por el tipo de algodón que utiliza en lugar de palparla para observar su grosor y estimar su peso.