Carl Størmer (1872-1957) disfrutaba de un hobby que era muy, muy inusual en ese momento. Caminaba por la ciudad de Oslo, Noruega, en la década de 1890 con su cámara espía y, en secreto, sacó fotos corrientes de personas.
Los sujetos en las imágenes de Størmer aparecen en su estado natural. Es extremadamente diferente a las tendencias estrictas de presentación que dominaron la fotografía durante esos años.
Carl consiguió su cámara espía en 1893 cuando estudiaba matemáticas en la Universidad Real de Frederick (ahora, Universidad de Oslo). "Era un recipiente plano y redondo, que escondía debajo del chaleco con la lente sobresaliendo por el ojal", le confesó al St. Hallvard Journal en 1942. "Debajo de mi ropa tenía un cordón a través de un agujero en el bolsillo de mi pantalón, y cuando tiraba de la cuerda la cámara sacaba una foto".
Los primeros paparazzi noruegos generalmente fotografiaban a la gente en el momento exacto en el que les saludaban por la calle. "Bajé por Carl Johan, me encontré una víctima, saludé, obtuve una sonrisa amable y disparé. Seis imágenes a la vez y luego me fui a casa a cambiar el carrete". En total, Størmer tomó un total de aproximadamente 500 imágenes secretas.
Dejando de lado sus fotos, a Størmer también le fascinaba la ciencia. Era matemático y físico, conocido tanto por su trabajo en teoría de números como por estudiar Northern Lights (Aurora Boreal).
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Hay que reconocer que realizó un gran y único trabajo para aquella época, puesto que no hay ningún proyecto parecido. Damos gracias a Carl por dedicar tiempo de su vida en realizar estas fotos tan "corrientes" hace tanto tiempo.