Normalmente cuando se adopta un perro se piensa que vienen muchos años de amistad y diversión en familia junto al nuevo miembro sin embargo cuando Ernie Altamirano adoptó a Sassy, el refugio en el que estaba y los veterinarios que allí trabajaban le advirtieron que con Sassy no sería posible crear ese vínculo próspero de muchos años ya que tenía una enfermedad y no duraría más de tres años.
Esto se debe a que el pequeño perro había nacido con enanismo, lo que le había llevado a sufrir varias malformaciones en sus patas. Esto se debe a los constantes creces de las razas puras entre ellos. Sassy es mucho más pequeño que un Pit Bull de tamaño normal, sus dos patas delanteras están curvadas y deformadas, y su lengua es tan grande que no cabe completamente en su boca, por lo que le cuesta moverse y respirar.
A pesar de todos estos problemas, Ernie decidió llevárselo a casa, sabía que debía darle un hogar y una oportunidad de vivir mejor.
Ernie a menudo lo lleva de un lado a otro en un carrito para que disfrute y se pueda mover con tranquilidad, ya que se cansa muy rápidamente cuando anda solo.
Sassy tampoco puede ladrar correctamente debido a sus problemas respiratorios pero Ernie asegura que prefiere el divertido ruido que hace a un ladrido normal. Ernie ha explicado que a pesar de todos los problemas que aparentemente puede tener Sassy está completamente enamorado de su fuerza y su espíritu luchador.
A pesar de su pequeño tamaño es muy sociable y le gusta jugar con otros perros, aunque sean grandes y corre detrás de ellos hasta que se cansa.
Los veterinarios aseguraban que no duraría más que un par de años, sin embargo, Sassy lleva ya cuatro años viviendo con Ernie y se encuentra en perfecto estado de salud.
Ernie además de Sassy, ha adoptado a otros dos pequeños perros con discapacidades llamados Dolly Parton y Chiqui Gonzales.
Ernie asegura que está muy feliz de haber adoptado a Sassy y que adora a todos sus perros, sin importarle lo que les pase. Comparte la historia de este Pit Bull con todos tus amigos. Fuente Little Things