Beryl, la vaca que puedes ver en las imágenes, nació en una granja en Australia. Dos días más tarde de su nacimiento, su madre falleció debido a una serie de complicaciones que ocurrieron durante el parto y de las cuales no se pudo recuperar. Por tanto, la pobre Beryl se quedó huérfana.
Sally Webster, su propietaria, no perdió el tiempo haciéndose cargo de la pequeña y ejerciendo como una madre. Se encargada de alimentar a Beryl diariamente con un biberón, y junto con la ayuda de sus dos cachorros, Fred y Wilma, se encargó de criar a Beryl.
Con el tiempo, Beryl fue creciendo y se convirtió en una vaca muy saludable. A pesar de que ahora es capaz de alimentarse por sí misma pastando en el campo, es un poco diferente de las otras vacas que habitan en la granja. Debido a que fue criada por Sally, a menudo te puedes encontrar a Beryl jugando con Sally o dándose micos con Fred y Wilma.
Además, a Beryl le encanta relajarse en el interior de la casa, lo cual es algo muy extraño para un animal de granja. El animal es perfectamente consciente de la comodidad de la casa de su dueña, y un día, cuando no había nadie en casa, Beryl se coló en el interior.
Cuando Sally regresó a la casa, se llevó una gran sorpresa al encontrar a su vaca de 8 meses echada sobre la alfombra del salón, como si de un perro se tratara. ¡El pobre animal echaba de menos estar dentro de la casa!
Sally dice que cada vez que Beryl ve la puerta abierta, quiere entrar en la casa.
Está claro que Beryl y Sally comparten una relación bella y hermosa.
Sin duda, ¡esta simpática vaca se piensa que es un perrito! ¡No olvides compartir la historia de esta divertida vaca! Fuente: Shareably