Las madres son notoriamente protectoras con sus pequeños. Desde los tigres a las madres humanas, es sólo su instinto natural de mantener a sus hijos cerca hasta que estén listos para dejar el nido, por decirlo de alguna manera.
Es por eso que Gwen Maxwell estaba tan aturdida por lo que fue testigo recientemente detrás de su casa cerca de Phoenix, Arizona. Mientras contemplaba su jardín, vio a un cachorro de coyote que estaba rodando en el suelo de dolor tratando de quitarse varias espinas de cactus incrustadas en su piel.
Cuando los rescatistas finalmente llegaron, se trasladaron a coger al cachorro, pero no antes de darse cuenta de que su madre estaba a un tiro de piedra. Fue entonces cuando se dieron cuenta de lo que estaba haciendo...
Cuando la residente de Arizona, Gwen Maxwell, de 86 años de edad, notó que un cachorro de coyote aullaba de dolor en su jardín, inmediatamente pidió ayuda. Un trabajador del Campo de Golf Pebblebrook, José Soto, y el superintendente asistente Shawn Bordine llegaron poco después. [the_ad_placement id="social-sharing"]
El cachorro se había metido en un cactus y estaba luchando para eliminar las espinas de su cuerpo y boca. Los trabajadores se apresuraron a ayudar, pero algo de repente los hizo pararse en seco: la madre del cachorro estaba cerca. En vez de proteger a su cachorro de los hombres, parecía estar ansiosa para que ellos le echaran una mano. Así que sacaron un par de alicates e hicieron precisamente eso. "Cuando José lo sostuvo, pude sacar las púas de su boca", dijo Shawn. "Él no mordió ni hizo un sonido." Durante todo el proceso, la madre miraba vigilante a su cachorro. "Ella sabía lo que estaba pasando", recordó Gwen. Estaban tratando de salvar a su bebé. Con las espinas extraídas, Shawn, Gwen y José examinaron al cachorro para asegurarse de que estaba bien. A parte de algunos rasguños y cortes, parecía estar en buena forma. Una vez que lo colocaron de nuevo en el suelo, corrió directamente a su madre. Las mamás pueden ser protectoras, pero también son famosas por su intuición, y parece que las mamás coyote no son diferentes! Gracias a Dios que Gwen vio al cachorro y que Shawn y José llegaron tan rápidamente para echar una mano. ¡No olvides compartirlo con tus amigos y familiares!