Los perros tienen muchas habilidades de las que no somos conscientes como por ejemplo saber cuándo alguien necesita compañía o consuelo. Tienen un sentido especial por el que detectan si una persona está triste o necesita algo. Mucha gente parece no creer que los perros, al igual que los humanos, puedan tener sentimientos pero la historia que te traemos hoy te demostrará lo contrario.
Sammie es una cachorra de Boxer que llegó al refugio de Nueva York después de haber sido víctima de un gran abuso y apenas se mantenía con vida. Sammie tenía su cuerpo cubierto de pintura con spray, tenía un disparo en la cabeza y había sido arrastrada detrás de un coche lo que había provocado que dos de sus patas se rompieran.
Los chicos de Rescue Dogs Rock NYC que la rescataron aseguran que estaban tan frustrados de verla así y de pensar cómo alguien podía haber hecho eso que no encontraban las palabras para expresar cómo se sentían.
Todas estas heridas tenían peligro de infección por lo que tenían que actuar rápidamente para intentar salvarla. Sammie fue tratada por un veterinario que colabora con la organización para darle todo lo que necesitara. Sin embargo, había algo más que Sammie necesitaba y era compañía y todo el amor que pudiera obtener.
Por suerte Simon apareció en su vida para ayudarla. Simon es un perro que también había sido rescatado por esta organización y que lo habían llevado a la enfermería para tratar su sarna y sus problemas de piel. Mientras estaba en la enfermería dejaron suelto a Simon que se acercó corriendo a Sammie y colocó sus patas sobre la mesa para poder verla mejor.
Simon se mostró cariñoso con ella y Sammie se mostró receptiva y aceptó la compañía de Simon. Fue entonces cuando se creó una bonita amistad entre estos dos perros y se volvieron inseparables.
Actualmente, Sammie se está recuperando de sus heridas gracias a la compañía de Simon cuya amistad les ha ayudado a recaudar más de 10,000 dólares para cubrir todos los gastos médicos. Es probable que cuando Sammie se recupere completamente tenga una pata un poco más corta que la otra como consecuencia de las secuelas de sus heridas pero siempre tendrá a Simon que le acepta tal y como es.
Simon, de un año de edad, también sufrió cuando lo abandonaron de cachorro por lo que es probable que entendiera como sentía Sammie y eso lo llevó a acercarse a ella la primera vez para consolarla.
Los chicos de Rescue Dogs Rock NYC esperan que esta historia no sólo sea el principio de un final feliz para Simon y para Sammie sino que además ayude a otros a concienciarse de los peligros y los riesgos de abandonar y maltratar perros y ayudar a ponerle freno.
Comparte la amistad de Sammie y Simon con todos tus amigos. Fuente Little Things