Para todos los que tengáis a un perro como mascota, seguro que os suena lo que te voy a contar. La protagonista de esta historia, Kristin Leigh Rhynehart, había adoptado a un perrito de una perrera para proporcionarle un nuevo hogar y todo el amor que se merecía.
Unos días después cuando estaba buscándolo por la casa, y no lo encontraba, por lo que empezó a preocuparse. "Ese momento en el que no eres capaz de encontrar a tu perro e incluso sales a la calle a buscarlo... y cuando regresas a casa te lo encuentras acurrucado en la cama junto a tu hijo".
Eso es lo que le pasó a Kristin después de pasar unos minutos horribles. Raven se había metido en la cuna con su hija Addison, y los dos estaban durmiendo plácidamente. "Aunque estaba muy asustada de que su pudiera haber escapado, cuando me los encontré así, me quedé muy aliviada. Además, la escena era muy tierna. Conociendo a mi hija, ésta le pediría a Raven que se metiera en la cama con ella."
"Las personas que dicen que 'el dinero no puede comprar la felicidad' seguro que nunca han adoptado a un animal", escribió en Facebook. "Yo adopté a este pequeño hace unas semanas atrás, y a menudo me pregunto: ¿quién rescató a quién? Le proporcioné un hogar, pero él me ha dado mucho mucho más."
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