En la tierra han habitado todo tipo de especies, aunque muchas ya se han extinguido y sólo nos quedan restos para saber cómo eran.
No hace falta remontarse tantos años atrás para que una especie se extinga, ya que hay una gran probabilidad que tus padres hayan conocido la existencia de un animal que tú ya no has llegado a conocer.
Hoy te queremos contar la peculiar historia de una especie en concreto que hace 80 años que se creía extinguida y que, sin embargo, ahora parece haber vuelto a descubrirse por sorpresa.
Hablamos del insecto palo de la isla de Lord Howe, que como su propio nombre indica vive en la Isla de Lord Howe que se encuentra entre Nueva Zelanda y Australia.
Es un animal nocturno y eran muy comunes. Su tamaño era de unos 15 cm de largo y tan sólo pesaban unos 25 g.
Su extinción se produjo tras el accidente de un barco, el SS Makambo, que quedó encallado en sus costas durante 9 días.
En estos días que tardaron en reparar el barco para marcharse, una colonia de ratas negras que estaba en el barco se escaparon provocando un desastre ecológico.
Estas ratas devoraron a los insectos palo, terminando con toda su población; en el año 1960 se consideraban extintos después de que no se encontrara ningún ejemplar desde 1920.
Sin embargo se han encontrado evidencias de que siguen vivos a tan sólo 20 km de la cosa de estas islas, en concreto en Ball’s Pyramid.
Ball’s Pyramid tiene 562 metros de alto y fue descubierto en 1788 y es la pila volcánica más alta del mundo.
Una expedición en 1965 para conseguir llegar a la cima fue la primera prueba de que seguían vivos, ya que a pesar de no tener fotografías los exploradores afirmaban haberlos atisbado.
Durante más de 40 años, se ha intentado buscar de nuevo esta especie pero no había especímenes vivo a la vista, al menos hasta 2001 cuando una expedición encontró una población de unos 20-30 insectos palo.
Nadie sabe cómo llegaron a la isla pero se especula que un ave de paso podría haber sido la causante al llevarlos allí en sus plumas o piel. La supervivencia de la especie también se debe a que estos insectos pueden reproducirse sin necesidad de un macho.
Tras muchos esfuerzos de expertos entomólogos y la ayuda del zoo de Melbourne, se ha conseguido que la especie haya aumentado hasta cientos de miles. En la actualidad estos insectos se encuentran en su isla natal en un recinto cerrado para que se adapten al lugar ya que los árboles en los que solían vivir, el noble tree lobster, también se ha extinguido.
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