¿Has estado alguna vez en casa y te has puesto a hablar con tu perro o con las plantas? Tranquilo, no estás loco, mucha gente lo hace y la ciencia ha revelado que no tiene nada de malo.
La explicación se basa en el antropomorfismo, que es la atribución de cualidades humanas a objetos, animales o fenómenos naturales, es una forma de personificación. Es un resultado natural de la inteligencia humana, por lo que sí, hablar con tus animales o plantas es un signo de inteligencia.
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El resto de especies de la tierra no tienen esta capacidad y los humanos lo hacemos con mucha más frecuencia de lo que pensamos. ¿Quién no le ha puesto nombre a un peluche? ¿A un coche? ¿O incluso a un objeto al que le tiene cariño? Todo esto está relacionado con nuestra inteligencia y la forma en la que funciona nuestra mente.
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Esta habilidad la ponemos en práctica cuando somos tan sólo unos niños y de hecho ayuda a desarrollar la imaginación, por lo que nunca te burles de un niño que habla con su perro o asocia comportamientos humanos a un juguete, es nuestra naturaleza. Cuando realizamos estas prácticas no sólo le atribuimos cualidades humanas a dicho objeto o animal sino que nuestra mente procesa cuáles serían sus respuestas antes de hacer otra preguntas, por lo que se demuestra tener una gran capacidad cerebral.
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Por lo que a partir de ahora nadie podrá reírse de las constantes conversaciones que mantienes con tus perros, gatos o incluso plantas porque según la ciencia y los estudios psicológicos este comportamiento es una forma más de meditar y mantener nuestra mente ocupada y ordenada al mismo tiempo.