Adoptar animales es una gran responsabilidad ya que conlleva muchos sacrificios, por ello es muy cruel adoptarlos y luego abandonarlos. La mayoría de las ocasiones los perros pueden tener suerte y acabar en buenos hogares o refugios pero hay otras ocasiones que no parecen encontrar un hogar para ellos.
Por suerte nuestro cachorro protagonista de hoy encontró un hogar, lo que su dueño no sabía era que cuando su perro creciera descubriría que de hecho no era un perro en absoluto.
Un chico de 18 años se encontró un cachorro abandonado dentro de un carro de la compra y ante lo solitario que se veía no lo pudo resistir y se lo llevó a su casa. Le costó un poco convencer a sus padres, pero el cachorro era muy adorable por lo que al final dejaron que se quedara pensando que el perro era un pequeño Pastor Alemán.
Decidieron llamarle Neo y desde el primer momento intentaron que tuviera una rutina propia de un perro con sus paseos, comida, juguetes... Sin embargo, el perro parecía que no terminaba de adaptarse.
El cachorro parecía muy necesitado, quería que su dueño estuviera a su lado todo el tiempo y se ponía ansioso si lo dejaban solo. El problema no era solo ese sino que además Neo hacía sus necesidades por toda la casa y se negaba a estar con otra gente que no fuese su familia.
El perro siguió creciendo y haciéndose cada vez más fuerte, escapándose de casa para ir al jardín de los vecinos, quienes estaban preocupados por lo grande que era el perro y su comportamiento.
Con el tiempo los problemas se incrementaron, Neo seguía escapándose, su comportamiento no era adecuado y las peleas continuaban constantemente por lo que la familia decidió contactar con Humane Society of Southern Arizona para encontrarle un nuevo hogar a Neo.
Cuando Neo llegó al refugio, rápidamente se dieron cuenta de que tenía algo peculiar. Después de ver cómo actuaba alrededor de los humanos, decidieron estudiarlo.
Resultó que Neo era una mezcla de lobo y perro pero los genes dominantes eran de lobo, de ahí que tuviera gran afección por los perros pero no confiaba en los humanos.
La organización lo cuidó durante un tiempo hasta que le encontraron un hogar en un programa dedicado a cuidar lobos llamado Wolf Connection en California. Este programa se dedica a cuidar de lobos que no están preparados para vivir solos de forma salvaje ya que están parcialmente domesticados.
En la actualidad Neo es un adulto y está perfectamente integrado en la comunidad de lobos de esta organización aunque aún le cuesta interactuar con humanos.
Nosotros nos alegramos mucho de saber que le salvaron a tiempo y ahora disfruta de una vida feliz.
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Fuente Little Things
