¿Es la grasa saturada tan peligrosa para la salud como dicen? El Dr. Aseem Malhotra, un prestigioso cardiólogo de fama mundial, cuestiona seriamente la visión predominante que se tiene sobre las grasas saturadas y advierte que los estudios recientes no han podido encontrar ninguna asociación significativa entre las grasas saturadas y los problemas cardiovasculares.
De hecho, Malhotra informa que dos tercios de las personas ingresadas en hospitales a causa de un infarto agudo de miocardio tienen los niveles de colesterol completamente normales.
¿Es la grasa saturada tan peligrosa para la salud como dicen?
El objetivo de Malhotra es conocer cómo atajar los problemas cardíacos antes de que aparezcan, y al parecer, todo apunta a la dieta que sigue cada persona. De hecho, de acuerdo con los informes de The Lancet Global Burden of Disease, seguir una dieta pobre parece contribuir en mayor medida a la aparición de enfermedades y muertes que actividades física perjudiciales como fumar o beber alcohol.
"Muchos de nosotros comprendemos que por ahora, el tratamiento que ofrece la medicina es bastante limitado, por lo que la prevención es la mejor cura".
Malhotra piensa que algo anda mal en el sistema médico desde hace bastantes años. Mientras trabajaba como residente en cardiología, realizó un procedimiento de endoprótesis de emergencia a un hombre de unos 50 años que había sufrido un ataque al corazón. A la mañana siguiente, habló con el hombre y le dio los consejos habituales sobre dejar de fumar y mejorar su dieta.
"Justo cuando le comentaba lo importante que era seguir una dieta saludable, el hospital le sirvió hamburguesas y patatas fritas. Entonces él me dijo: 'Doctor, ¿cómo espera que cambie mi estilo de vida si me sirven la misma porquería que como en casa?'"
Cuando miró a su alrededor, se dio cuenta de que muchos profesionales de la salud tienen sobrepeso u obesidad, por lo que cree que una de las primeras cosas que se debe hacer es dar buen ejemplo en los hospitales.
"En los hospitales se debería promover hábitos saludables, no perjudiciales."
Seguir una dieta y un estilo de vida saludable es especialmente importante si tenemos en cuenta que los medicamentos recetados son la tercera causa más común de muerte después de alguna enfermedad cardíaca y el cáncer. La sobremedicación es un problema particularmente serio entre los ancianos, quienes tienden a sufrir en mayor medida los efectos secundarios de las medicinas.
"Parte de eso se debe a que existe mucho interés por que se consuman medicamentos", decía Malhotra.
Durante los últimos 60 años, la sabiduría popular dicta que la grasa saturada es peligrosa y debe evitarse. Esta idea errónea fue originalmente promovida por el Dr. Ancel Keys, cuyo Estudio de los Siete Países sentó las bases del mito de que las grasas saturadas causaban enfermedades cardíacas.
Es cierto que las tasas de enfermedades cardíacas comenzaron a aumentar a principios del siglo XX, y durante 50 años, las enfermedades cardíacas han aumentado progresivamente. No eran un problema antes del siglo XX. Pero, ¿tienen las grasas saturadas realmente la culpa?
Contrariamente a la creencia popular, la culpa no recae únicamente sobre las grasas saturadas, sino sobre todo el conjunto de grasas dañinas.
En el siglo XX, una persona probablemente tomaba menos de medio litro de aceites vegetales omega-6 refinados y procesados. Durante la década de 1950, esa cantidad probablemente superaba los 25 litros al año, y para el 2000, esa cifra aumentó a los 35 litros anuales.
Aunque observando tal aumento podríamos pensar que es el responsable de nuestros problemas, es el tipo de grasa lo que importa y no las cantidades (hasta cierto punto).
La enorme cantidad de grasa poliinsaturada altamente refinada que tomamos hoy en día es muy superior a la deberíamos tomar. Y todo apunta a que fue esto lo que empujó a Keys a iniciar una investigación y posteriormente presentar una recomendación por la que se pedía la reducción del consumo de grasas.
"Lo interesante es que, si miras a Estados Unidos por ejemplo, entre 1961 y 2011, el 90% de la ingesta de calorías fue de carbohidratos y aceites vegetales industriales refinados", decía Malhotra.
"La epidemia de enfermedades cardíacas comenzó a aumentar alrededor de 1920 y alcanzó su punto máximo entre 1960 y 1970. Si revisamos nuestros datos, está bastante claro que las grasas responsables de ese aumento fueron las grasas trans, y muy probablemente, los aceites vegetales poliinsaturados con alto contenido de ácidos grasos omega-6. Ahora sabemos que oxidan el LDL y favorecen la inflamación.
El otro problema fue fumar. Cuando se redujo el tabaquismo por el esfuerzo de las administraciones, los ingresos causados por ataques cardíacos disminuyeron muy rápidamente.
Si combinas todas estas cosas, está muy claro. Los factores dietéticos (las grasas trans, los aceites vegetales refinados poliinsaturados y el tabaquismo), son probablemente los tres factores más importantes".
¿Cuáles son los verdaderos factores de riesgo para las enfermedades del corazón?
Los constantes errores que ocurren al diferenciar entre grasas trans y grasas saturadas ha provocado una gran confusión. También hay confusión sobre la relación que existe entre las grasas saturadas y el colesterol. Además de la complejidad del tema, también hay diferentes tipos de grasas saturadas, que pueden tener diferentes efectos biológicos.
Muchas grasas saturadas aumentan el LDL, el llamado colesterol "malo". Pero el LDL viene en varios tamaños. Las partículas grandes de tipo A son menos aterogénicas y están influenciadas por grasas saturadas. Pero las grasas saturadas, por su parte, también aumentan el HDL, el colesterol "bueno".
"Lo interesante es que, la grasa saturada, a pesar de que puede elevar el LDL, puede mejorar el perfil de lípidos, especialmente cuando reduces la ingesta de carbohidratos. Además de eso, se ha exagerado muchísimo sobre la importancia del LDL como un factor de riesgo para las enfermedades cardíacas", decía Malhotra.
"Cuando se superan los 60 años, la asociación cardiovascular entre el colesterol LDL y la mortalidad cardiovascular disminuye. Se vuelve casi insignificante. De hecho, en cuanto a la mortalidad general, hay una asociación inversa con el LDL.
Entonces, ¿cuál es el problema principal cuando observamos enfermedades cardíacas y ataques cardíacos? Las resistencia a la insulina. La razón por la que se descuida este temas es, en parte, por la desinformación que hay respecto al colesterol. Pero también porque nunca ha habido medicinas efectivas que tengan como objetivo tratar la resistencia a la insulina.
En resumidas cuentas, tratando la resistencia a la insulina mediante una dieta correcta, algunos cambios en el estilo de vida, reduciendo el estrés y haciendo ejercicio, conseguiremos los mayores beneficios para la salud".
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