Hoy en día existe una gran obsesión por la pérdida de peso. Todos queremos tener un cuerpo delgado y fibroso y tenemos la esperanza de encontrar ese súper alimento que nos ayude a adelgazar y a cumplir nuestras metas.
Es cierto que hay algunos alimentos que pueden influir en nuestro peso o, más bien, en la inflamación de zonas de nuestro cuerpo como el abdomen, pero nuestra obsesión puede llevarnos a un veredicto incorrecto.
Hace poco han salido ciertas personas afirmando que el aceite de orégano puede ayudar a perder peso, tomándolo tanto líquido como en cápsulas. Tal ha sido el impacto de esta noticia que hay miles de publicaciones en internet sobre el tema.
Sin embargo, para tristeza de muchos, no hay ninguna razón científica que confirme este vínculo entre la pérdida de peso y el aceite de orégano.
Natalia Calvet y Marta Vallejo, dos nutricionistas, reconocen que hay estudios que sugieren que podría tener un efecto positivo en la reducción de colesterol LDL y de la grasa visceral.
Pero estos estudios están hechos en ratones por lo que no sería suficiente para saber si el efecto en humanos es el mismo. En algunos de estos estudios se ha visto una relación entre el carvacrol y sus efectos como antidepresivo en relación con el sistema dopaminérgénico, pero aún no hay estudios concluyentes que creen una relación entre el aceite de orégano y el control del apetito.
Pero, aunque no ayude a perder peso, tiene dos propiedades bastante interesantes. El orégano contiene carvacrol que tiene un efecto antimicrobiano en nuestro cuerpo. Además, ejerce una gran capacidad antioxidante gracias al timo y al carvacrol, unos compuestos polifenólicos conocidos por sus efectos protectores frente a la oxidación.
Debes tener claro que no existe garantía alguna de que estas dos propiedades del orégano ayuden a combatir la obesidad ni a perder peso, pero si lo consumes, podrías obtener esos otros beneficios que te hemos mencionado. Si lo usas en tus platos, le dará además un aroma muy especial.