Somos muchos los que no podemos empezar el día sin nuestro café mañanero. Necesitamos un poco de cafeína para despertarnos y poder llevar a cabo todas nuestras tareas. Pero no somos conscientes de que el primer trago podría ser el último.
La cafeína es la sustancia psicoactiva más popular del mundo. Son 130.000 las toneladas que se consumen cada año, lo que equivale a que cada una de las personas de este planeta, bebés y niños incluidos, tomasen una taza de café todos los días.
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A pesar de ser la droga favorita del planeta, la cafeína no está exenta de peligros. Ya son dos personas las que han muerto como resultado del consumo de cafeína en polvo, Logan Stiner y Wade Sweatt.
Logan Stiner
loganstiner.org
Logan Stiner falleció en 2014 después de sufrir trastornos del ritmo cardíaco y una convulsión. Logan había tomado cafeína en polvo para no quedarse dormido mientras estudiaba para los exámenes finales de secundaria.
Wade Sweatt
Tweet " rel="nofollow noopener noreferrer">Twitter/wsbtv
Wade Sweatt también murió como resultado de tomar cafeína en polvo. A Wade no le gustaba el sabor del café y estaba buscando una alternativa a las bebidas azucaradas.
El problema es la cafeína concentrada
No estamos diciendo que debamos tirar todos nuestros refrescos con cafeína. El consumo en sí de la cafeína no es una amenaza para un adulto sano. El verdadero peligro está en la aceptación social de la cafeína. Es tan fácil conseguirla que se llega a subestimar el poder de su concentrado. La cafeína concentrada puede venderse en forma líquida o en polvo y con frecuencia es 100% pura. De acuerdo con la Administración de Comida y Bebida, una cucharadita de cafeína concentrada es lo mismo que beber 28 tazas de café.
Biopoint
Después de las dos muertes, el Centro para la Ciencia de Interés Público dio a conocer un comunicado.
"Después de sólo una rápida búsqueda en Google, podemos pedir una botella pequeña de cafeína líquida que llega directamente desde Corea del Sur. Esta botella contiene 9.000 miligramos de cafeína, lo suficiente como para matar a casi siete personas, y, sin embargo, la única advertencia que se puede leer en la etiqueta es 'utilizarlo con prudencia'".
Un grupo de senadores también escribió a la FDA, la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos.
Estos productos no proporcionan una manera de medir la dosis segura recomendada por la FDA y se venden cantidades que fácilmente podrían matar a cientos de personas si se ingiere de forma incorrecta.
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