Existe un número bastante elevado de padres reacios a vacunar a sus hijos por muchas razones, pero uno de los argumentos más extendido desde siempre ha sido el temor a "destruir" el sistema inmunitario del pequeño.
Lo cierto es que no son pocas las investigaciones realizadas sobre el tema que demuestran que no hay motivo para preocuparse, por lo que no debería sorprendernos que una nueva investigación respalde el beneficio de las vacunas.
Es comprensible que muchos padres primerizos sientan cierta inquietud al vacunar por primera vez a sus pequeños. En países como Estados Unidos, esta reticencia lleva a que entre 10 y 15% de los bebés menores de 2 años se retrasen o rechacen las vacunas.
En este sentido, un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores en los EE.UU. adoptó un enfoque un tanto práctico sobre la cuestión de si las vacunas pueden comprometer el sistema inmune de los bebés. Para ello estudiaron las tasas de enfermedades infecciosas contra las que no vacunamos.
Al examinar los registros médicos de 944 bebés de entre 2 y 4 años, los científicos pudieron determinar si la exposición a un número relativamente grande de antígenos hacía que un niño pequeño tuviera más probabilidades de contraer algún otro tipo de agente infeccioso.
La respuesta es un claro 'No'. No encontraron diferencias significativas entre los bebés que tenían exposición acumulativa a antígenos, es decir, los que se habían vacunado en varias ocasiones, y los que no.
Desde un punto de vista teórico, el supuesto impacto negativo de los antígenos en el sistema inmune tendría poco sentido, puesto que los recién nacidos contienen una amplísima variedad de microbios cuando abandonan el útero.
El puñado de antígenos que componen el calendario de vacunación es una gota en el mar en comparación con el gran zoológico de microbios con el que el sistema inmune tiene que lidiar en los primeros años de vida.
En términos simples, en lugar de actuar como un ejército lucha contra la infección, nuestro sistema inmune infantil es experto en tratar diplomáticamente con un número casi innumerable de posibles aliados y villanos.
Es cierto que es muy difícil poder llegar a una conclusión totalmente definitiva, pero el número de pruebas que demuestran que aquellos que siguen el calendario actual de vacunación de alguna manera mejoran la eficiencia de su sistema inmune ahora es más alta que nunca.
No hay duda de que la vacunación seguirá siendo un tema políticamente polémico durante muchos años, y que cuantos más estudios se realicen al respecto, mejor.
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