El cerebro humano puede resolver problemas cotidianos y controlar las funciones corporales más críticas; sin embargo, a veces esto puede jugar en nuestra contra. Se llama efecto Stroop, la capacidad para ocultar la verdad.
El efecto Stroop, originariamente descrito por su descubridor, Hohn R. Stroop, en 1935, es una clase de interferencia semántica en el tiempo de reacción de una tarea. Nuestra atención es selectiva, esto quiere decir que la controlamos según nos interese, por lo que podemos prestar voluntariamente más atención a unas cosas que a otros en un momento dado, pero en ocasiones sufrimos estas interferencias.
A veces, no somos capaces de reconocer un error tipográfico que tenemos delante, y es que nuestro cerebro tiene una capacidad única para corregir las cosas que no son como deberían ser. Por ejemplo, un cerebro adulto reconoce las palabras en cuanto las mira, en lugar de combinar las letras individualmente. Ciertas letras pueden quedar fuera de la palabra y el lector no tiene por qué darse cuenta. O, incluso en el caso de percatarse de ello, la mente puede comprender el significado de la palabra fácilmente.
Pero el efecto Stroop no sólo afecta a los lectores. A menudo, los ojos son incapaces de identificar diferentes formas y colores, porque la mente ve las cosas como deberían ser más que como son realmente. Esto se debe a que la mente intenta clasificar las cosas que ve con el fin de identificar los objetos. Formas y colores similares, a menudo se clasifican como iguales por la mente, a pesar de que uno de ellos sea diferente. Nadie sabe exactamente por qué existe este efecto y si nacemos con esta habilidad o la desarrollamos.
¡Compruébalo buscando en estas imágenes el objeto diferente!