No podemos negar que la relación de los seres humanos con las mascotas – y particularmente con los perros – es muy antigua y estrecha. Concretamente en la cultura occidental, los perros pasaron de ser animales para el trabajo (guardianes, pastores, arrastre de cargas, etc.) a animales de compañía.
Muchos ven con extrañeza que en algunas culturas se les use como alimento o se les considere inmundos. Pero el caso es que en Occidente la relación con los perros y otras mascotas ha llegado al punto de que, en algunos casos, ya se considera una manía digna de ser tratada por un psicólogo. ¿Es ese tu caso? ¿Sufres de Cinomanía? Veamos algunas divertidas señales que podrían indicarte eso.
1. Te invitan a salir y pones excusas porque no puedes llevar a tu perro
“Es que no tengo con quien dejarlo”; “En estos momentos él me necesita”; “No te preocupes que no estaré sola. Firulais y yo tenemos planes”. No importa lo interesante que sea la propuesta, para ti es más importante que tu perro no se quede solo.
2. “Esta soy yo con mi niña consentida”
Está bien que te guste tomarte fotos. También está bien que le tomes fotografías a tu mascota. Incluso, no hay problemas en que te tomes fotos en las que ambos aparezcáis. Pero si tienes más fotos de tu perro que de tus amigos o familiares, ya es hora de que te vayas preocupando por ello.
3. Tu perro visita al estilista más que tú
Esto también es muy común entre quienes padecen Cinomanía. Lazos, ropa hecha a medida, accesorios de moda, peinados y cortes de pelo, mantenimiento de uñas y pare usted de contar las otras fruslerías que siempre compran para su mascota. Te aconsejo que compares la última foto que te hiciste sola, con la última que le hiciste a tu perro faldero, o que compares los gastos que has hecho en ti mismo con los que has hecho para él. Si ves que él te lleva ventaja, ¡que suenen las alarmas!.
4. Tu perro no tiene mal comportamiento, es que se siente inseguro
“O tiene un mal día, o tiene hambre, o aquel otro perro buscó pelea, o no le caes bien”. Las excusas por los desastres que hace tu perro pueden llenar varías páginas. Te pareces a aquella madre que no cree que su querubín sea capaz de portarse mal.
5. En tu teléfono aparece antes el número del veterinario que el de la policía
La locura se apodera de ti si tu mascota enferma, no quiere comer o muestra algo signo de que se siente mal. Llamas al veterinario casi todos los meses y llevas un control exhaustivo de vacunas, tratamientos y medicinas. Vives en constante alerta de que “tu bebé” no se trague un pedazo de papel con el que está jugando; y si acostumbra masticar cosas, no dudas en pedirle al veterinario que le haga una radiografía.
Si cuatro de estas cinco situaciones describen tu vida, es posible que sufras de cinomanía y por tanto te recomendamos seriamente consultar con un psicólogo. Puedes querer mucho a tus mascotas, pero créeme que ellas no te quieren de la misma manera ni por las mismas razones.
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