En Navidad, el marisco es de los alimentos más consumidos por todo el mundo. Es muy común que en las cenas de Nochebuena y Fin de Año, las gambas, las cigalas o los langostinos formen parte de los entrantes. Por norma general, solemos quitarle la cabeza a estos crustáceos, sin embargo, aún hay muchas personas que las chupan sin saber que puede ser muy perjudicial.
Los crustáceos contienen cadmio, un metal pesado que se encuentra en el mar y contamina la carne del marisco. Este metal puede suponer un gran riesgo para nuestra salud. En concreto, en las vísceras de la cabeza es donde se encuentran las mayores cantidades de cadmio. Es por esto por lo que la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutricion (AECOSAN) recomienda limitar su ingesta.
El cuerpo humano por lo general absorbe poco cadmio, no obstante, la Organización de Consumidores y Usuarios explica que este metal tiende a acumularse en el organismo, especialmente en el hígado y el riñón, y puede tardar de 10 a 30 años en eliminarse. Este es el motivo por el cual podría causar disfunción renal, desmineralización de los huesos e incluso cáncer.
Por ello, si en estas fechas tan señaladas el marisco va a formar parte de tus cenas o comidas, recuerda limitar su ingesta y evita chupar la cabeza de todos los crustáceos.
Por otro lado, trata de mantenerte activo y llevar una dieta equilibrada. Los excesos en las cenas de Navidad son muy comunes y es muy difícil privarse de tantos placeres que nos ponen por delante. Sin embargo, si controlamos lo que comemos el resto de días, no tendremos que preocuparnos tanto por saltarnos la dieta un par de noches.
Por último, ten siempre presente que, si vas a beber, no debes coger el coche. Llama a un taxi, pide que conduzca algún familiar o amigo que no haya bebido o vuelve andando. La precaución es muy importante en estas fechas.
¿A ti también te gustaba chupar la cabeza de las gambas? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: AECOSAN