Las dietas siempre son difíciles de seguir, pero si puedes seguir disfrutando de ciertos placeres, seguro que no se te hace tan cuesta arriba. La hamburguesa es un manjar muy económico que suele gustarle a todo el mundo, si ese alimento no tuviésemos que eliminarlo de la dieta, todo sería más fácil.
Una hamburguesa baja en grasa
Cuando piensas en una hamburguesa, piensas en bacon, queso y alguna salsa deliciosa que te haga sentir una explosión de sabor en el paladar. Lo malo es cuando llega el momento de pesarte y notas que tienes unos kilos de más.
Nuestro organismo necesita hidratos de carbono, vitaminas y proteínas para un buen funcionamiento, y si lo piensas, es todo lo que lleva este plato. Lo único que tienes que tener en cuenta son los productos que utilizas y la elaboración de la burger.
Ahora, algunos restaurante han optado por hacer hamburguesas gourmet, que reúne todas las características principales de este plato, pero con bajo contenido en grasas. Lo primero es la calidad de la carne, que se recomienda que no sea ya empaquetada, sino de tu carnicería de confianza.
Elige un plan con semillas rico en fibra de la panadería más cercana y por verduras frescas que supongan un aporte extra de vitaminas. Lechuga, tomate o pepinillos pueden ser el complemento perfecto y si quieres añadir cebolla, hazlo mientras esté asada o cruda.
Otra parte muy importante es el queso, y eso es elección tuya al completo. Azul, parmesano, mozzarella o blanco, todos ellos serán un acompañamiento perfecto para tu deliciosa hamburguesa. No te olvides de que la salsa es importante pero no debes abusar.
Las salsas tradicionales pueden tapar el verdaderos sabor de tu plato, así que no te pases y disfruta de la mezcla de todos los ingredientes. Con esta receta puedes darte el lujo de comer uno de tus platos favoritos sin poner en riesgo tu dieta, ¡pruébala!