8 Extraños experimentos psicológicos que sacaron a la luz verdades y secretos de las personas que lo hicieron

8 Extraños experimentos psicológicos que sacaron a la luz verdades y secretos de las personas que lo hicieron

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Aunque siempre nos ha fascinado el funcionamiento de la mente y los factores que modelan nuestro comportamiento, no fue  hasta comienzos del siglo 20 que la psicología experimental realmente comenzó a popularizarse.

Gracias a los numerosos estudios realizados, hemos aprendido mucho sobre la condición humana y hemos podido obtener una comprensión más profunda de por qué actuamos de la manera en que lo hacemos.

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A continuación te mostraremos una lista con algunos de los experimentos de psicología más famosos y estimulantes que se han llevado a cabo. Desde simples experimentos hasta complejos patrones de comportamiento que exponen el funcionamiento del subconsciente y traspasan los límites de la ética, estos extraños y maravillosos experimentos seguro que te harán pensar dos veces acerca de lo que realmente sabes sobre ti como ser humano.

Experimentos psicológicos que revelaron verdades increíbles e incómodas sobre nosotros mismos:

1- El experimento que dividió a una clase

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En 1968, después del asesinato del líder de los derechos civiles Martin Luther King, la maestra Jane Elliott intentó hablar de cuestiones de discriminación, racismo y prejuicio en su clase de Riceville, Iowa.

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Sintiendo que la charlan no llegaba a los alumnos de su clase, la Sra. Elliott inició un ejercicio durante dos días en el que trataría la injusticia que promueve la discriminación y el racismo.

Para ello, durante el primer día los estudiantes de ojos azules disfrutaron de un mejor trato que el resto, se les dio refuerzo positivo y se les hizo sentirse superiores a aquellos que tenían los ojos marrones. Al día siguiente, las reglas del experimento se invirtieron, haciendo que los estudiantes de ojos marrones fueran esta vez quienes disfrutaban de todos los privilegios.

Como resultado, el grupo que fue favorecido por Elliott se presentaba con entusiasmo en clase, contestaba las preguntas de manera rápida y precisa, y tenía un mejor desempeño en las pruebas. Por otro lado, aquellos que fueron discriminados se sintieron más abatidos, vacilantes e inseguros en sus respuestas, y tuvieron un peor desempeño en las pruebas.

2- El experimento de las escaleras de piano

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La iniciativa de Volkswagen llamada "The Fun Theory" quería demostrar que el comportamiento de las personas puede mejorarse haciendo que las tareas aburridas y cotidianas sean más divertidas. Para este experimento, instalaron en Estocolmo peldaños musicales en la escalera de una estación de metro para ver si así más personas elegían la opción más saludable en lugar de tomar la escalera mecánica.

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Los resultados mostraron que hasta un 66% más de personas utilizó las escaleras tradicionales, porque a todos nos gusta un poco de diversión de vez en cuando, ¿no? En el fondo, somos como niños en un patio de recreo, por lo que hacer que nuestras ciudades sean más divertidas puede hacernos más felices.

3- El experimento del violinista en el metro

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El 12 de enero de 2007, cerca de mil pasajeros que pasaban por una estación de metro de Washington pudieron disfrutar de un mini concierto gratuito interpretado por el virtuoso violinista Joshua Bell, quien tocó durante aproximadamente 45 minutos, interpretando seis piezas clásicas (dos de los cuales fueron de Bach), con su Stradivarius de 1713 (por el que Bell pagó 3,5 millones de dólares).

Solo 6 personas se detuvieron y se quedaron a escucharlo un rato. Alrededor de 20 le dieron dinero pero continuaron caminando. Al final del concierto consiguió sumar 32 dólares. Cuando terminó de tocar, nadie lo notó. Nadie aplaudió ni hubo ningún reconocimiento.

Nadie se dio cuenta de que uno de los mejores músicos del mundo había interpretado una de las piezas más complicadas jamás escritas con un violín de 3,5 millones de dólares.

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Cuando los niños ocasionalmente se detenían para escuchar a Bell, sus padres los agarraban y los devolvían rápidamente a su camino.

El experimento planteó algunas preguntas interesantes no solo sobre cómo valoramos la belleza, sino hasta qué punto el entorno y la presentación marcan la diferencia. Tres días antes, Bell había llenado una sala en el Symphony Hall de Boston, donde el precio de todos los asientos superaba los 100 dólares.

4- El experimento de la habitación llena de humo

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Imagina que estas rellenando un cuestionario en una habitación cuando de repente comienza a salir humo por debajo de la puerta. ¿Qué harías? Seguramente te levantarías y buscarías a alguien que estuviese a cargo para conseguir ayuda, ¿verdad? Ahora imagina la misma situación estando acompañado. Esta vez estás con otras personas que no parecen preocuparse por el humo. ¿Qué haces ahora?

Cuando estaban solos, el 75% de las personas informaron del humo casi de inmediato. El tiempo promedio para informar sobre el humo fue de 2 minutos.

Sin embargo, cuando los sujetos estuvieron rodeados de actores que ignoraban el humo y actuaban como si nada fuese mal, solo el 10% de los sujetos abandonaron la sala o informaron sobre el humo. De hecho, 9 de cada 10 sujetos siguieron haciendo el cuestionario mientras se frotaban los ojos y se quitaban el humo de la cara.

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El experimento fue un gran ejemplo de personas que respondieron más lentamente (o nada) a situaciones de emergencia en presencia de otras personas que se comportan de forma pasiva. Parece que confiamos demasiado en las respuestas de los demás, incluso en contra de nuestros propios instintos. Si el grupo actúa como si todo estuviera bien, entonces debe ser así, ¿verdad? Pues no.

No permitas que la pasividad de los demás provoque tu inacción. No supongas que otra persona intervendrá, que otra persona está cualificada para actuar en nombre de otros. ¡Sé quien actúe cuando sea necesario!

5- Experimento social de Carlsberg

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En este experimento social realizado por la fábrica de cerveza danesa Carlsberg, los sujetos de estudio (parejas de jóvenes inocentes) entraban en un cine abarrotado en el que solo quedaban 2 asientos libres. Todas las demás localidades estaban ocupadas por motoristas de aspecto rudo y llenos de tatuajes.

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A medida que se desarrolló el experimento (que en realidad formó parte de un anuncio), no todas las parejas terminaban sentándose en sus asientos. Aquellas parejas que decidían ocupar sus asientos eran recompensadas con aplausos y una ronda de cervezas Carlsberg gratis. El experimento fue un buen ejemplo de por qué las personas no siempre deberían juzgar a un libro por su portada.

6- El Experimento de Robber's Cave

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Este ensayo probó la teoría del experimento de la cueva de los ladrones, un ejemplo de cómo las actitudes y comportamientos negativos surgen entre diferentes grupos debido a la competencia por los recursos limitados.

Para realizar el experimento, dos grupos de niños de 11 y 12 años fueron trasladados a lo que pensaban que era un campamento de verano. Durante la primera semana, los dos grupos estuvieron separados. Durante este tiempo, los pequeños crearon amistades con los demás chicos de su grupo.

Luego, los dos grupos se presentaron entre sí e inmediatamente comenzaron los primeros signos de conflicto. Los investigadores a cargo del experimento hicieron que los dos grupos compitiesen entre sí, y tal y como se predijo, aumentaron los niveles de hostilidad y comportamiento agresivo entre los dos grupos.

En la tercera semana, investigadores crearon condiciones que requerían que ambos grupos trabajasen en equipo para resolver un problema común.

Al final del experimento, después de que los grupos hubieron trabajado juntos, las amistades entre los dos grupos había aumentado significativamente, lo que demuestra que la socialización entre grupos es una de las formas más efectivas de reducir los prejuicios y la discriminación.

7- El experimento de la golosina

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El experimento de Marshmallow de Stanford fue una serie de estudios realizados sobre la gratificación diferida a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, dirigido por el psicólogo Walter Mischel.

Para el estudio, niños de cuatro a seis años fueron llevados a una habitación donde se les colocó una golosina (generalmente una nube) sobre una mesa. Los investigadores decían a los niños que podían comerse la golosina, pero que si esperaban durante quince minutos serían recompensados ​​con un segundo premio.

Mischel observó que algunos niños se tapaban los ojos con las manos o se daban la vuelta para no ver la bandeja, otros comenzaban a patear el escritorio o acariciaban la nube como si fuera un pequeño peluche. Otros, por el contrario, se comían la golosina tan pronto como los investigadores abandonaban la habitación.

De los más de 600 niños que participaron en el experimento, una pequeña minoría se comió la golosina inmediatamente. De los que intentaron aguantar la tentación, solo un tercio duró el tiempo suficiente para obtener una segunda nube.

Gracias a estudios posteriores, los investigadores encontraron que los niños que podían esperar más por la recompensa, solían tener mejores resultados en la vida.

8- El experimento de Milgram

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Este experimento fue llevado a cabo en 1961 por el psicólogo Stanley Milgram, y fue diseñado para medir hasta dónde son capaces de llegar las personas bajo la orden de una autoridad, incluso si los actos que deben llevar a cabo son claramente dañinos para los demás.

A los sujetos se les dijo que desempeñaran el papel de maestro y administraran descargas eléctricas a quien hacía de alumno (un actor que aparentemente estaba en otra habitación) cada vez que respondiese a una pregunta incorrectamente.

Curiosamente, a nadie le sorprendía este extraño experimento. El alumno, tras errar a propósito, gritaba como si estuviese sufriendo a medida que aumentaba la intensidad de las descargas con cada respuesta incorrecta.

A pesar de estos signos de dolor, muchos sujetos continuaron administrando descargas cada vez que una figura de autoridad les instaba a hacerlo. Al final del estudio, el 65% de los sujetos administraron lo que serían descargas eléctricas letales.

Los resultados mostraron que es muy sencillo que la "gente común" siga órdenes dadas por una figura de autoridad, incluso hasta el punto de matar a un ser humano inocente. La obediencia a la autoridad está arraigada en todos nosotros por la forma en que somos educados cuando somos niños.

¿Conocías estos experimentos? ¿Qué te han parecido?

¡Comparte los resultados de estos curiosos experimentos con todos tus amigos!

Fuente: Boredpanda
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