Los sofás son los muebles más importantes en tu sala de estar. Más que un lugar para sentarse, es donde vamos a estar después de un largo día de trabajo para relajarnos y descansar. La comodidad es primordial, pero además el sofá es el principal elemento decorativo del salón. ¿Quién querría volver a casa todos los días para descansar en algo que parece deforme, triste y deprimido?
Por desgracia, incluso el mejor de los sofás empieza a desgastarse después de usarlo durante bastante tiempo. ¿Qué puede ser peor que un sofá incómodo? Podrías pensar que es el momento para comprar uno nuevo si esto pasa con el tuyo, pero hay una alternativa. Antes de tirarlo, ¿por qué no darle una oportunidad? Después de todo, no todo el mundo puede permitirse un nuevo sofá, y podrías ahorrar un poco de dinero siguiendo estos útiles consejos
Tonya, desde el blog Love of Family and Home, estaba muy insatisfecho con su sofá, empezaba a estar arrugado y desgastado, perdiendo su comodidad. En la foto de abajo se ve de forma muy obvia que estaba empezando a sufrir lo que el llama el "síndrome del sofá desgastado."
Para remediar la situación, lo primero que hizo fue comprar una caja de 4,5 kg de fibra de poliéster.
El siguiente paso consistió en vaciar todos sus viejos cojines y lavarlos.
El material que hay dentro de esos cojines era barato y se había desgastado mucho. Así que Tonya decidió utilizar la fibra de poliéster para volver a meterlos y que se viesen como nuevos. La diferencia fue inmediatamente perceptible:
Con los cojines de los asientos retirados, el triste estado de los cojines traseros era muy evidente. Ya que estaban unidos físicamente al sofá, Tonya no tuvo más remedio que abrirlos por arriba y rellenarlos con un poco de fibra de poliéster.
Así se veía mucho mejor.
Una vez terminado con este paso, ya era hora de hacer frente a los cojines de los asientos. Dado que este tipo de sofás tienen una gran cantidad de uso y tienen que soportar todo el peso de una persona, decidió arreglarlo con un poco de fibra de poliéster especial para edredones.
Cortó la fibra a medida para que se adaptasen perfectamente al perfil de los cojines.
Una capa, sin embargo, no iba a ser suficiente. Así que terminó poniendo tres capas una encima de la otra para lograr los resultados deseados.
Para asegurarse de que todo iba a permanecer en el lugar, Tonya utilizó un spray adhesivo entre cada capa, al igual que el original.
Después de que el adhesivo hiciese su trabajo y estuviese el tiempo suficiente para secarse, el siguiente paso fue poner todo de vuelta. Una vez colocado, puso los cojines de los asientos de nuevo en el sofá.
¡Ahora el sofá está como nuevo!