Nadie necesitaría demasiado esfuerzo para convencer a alguien acerca de las propiedades beneficiosas que tiene un buen baño de agua caliente para nuestro cuerpo, o al menos, de lo increíblemente placentero que resulta. De hecho, si existiese un trabajo relacionado con estar todo el día bajo un chorrito de agua templada, seguramente más de uno lo haría totalmente gratis.
Diversos estudios ya han demostrado que podemos despertar nuestra mente y aumentar la creatividad con una buena ducha, sin embargo, quizás desconozcas que un baño caliente también puede facilitarnos la tarea de conciliar el sueño.
Al parecer, la disminución de temperatura que experimenta nuestro después de que tomemos un baño caliente facilita que nuestro organismo entre en un estado de relajación de forma natural.
La clave para que este hábito tan agradable surta efecto reside en realizarlo en el momento correcto. No debemos intentar ir a la cama justo después de ducharnos, este hábito solo será efectivo cuando la temperatura de nuestro cuerpo descienda lo suficiente para que nuestro cuerpo sienta predisposición para quedarse dormido.
Entonces, ¿cuál es el momento óptimo para ir a la cama tras una ducha? Los experimentos sugieren que el momento exacto para ir a la cama es aproximadamente a los 90 minutos después del haber tomado el baño caliente.
Justo después de la ducha, la temperatura de nuestro cuerpo se eleva haciendo que estemos más alerta y activos, de ahí que seamos más creativos gracias a una mente más despierta, sin embargo, conforme pasa el tiempo, nuestro cuerpo comienza a enfriarse y a inducir el sueño de forma natural.
Tras esos 90 minutos, tu cuerpo habrá regulado su ritmo circadiano, que no es más que el conjunto de señales que indican a nuestro cuerpo cuándo debe estar despierto y cuándo debe estar dormido.
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