A lo largo de nuestra vida nos pasamos un gran tiempo buscando ser felices. Durante ese largo camino nos encontramos con muchos obstáculos, pero la buena noticia es que se acaba de descubrir la cápsula de la felicidad... ¡Te cuento la historia!
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Todo empezó con una mujer cualquiera, en un lugar cualquiera, en un tiempo cualquiera. Toda su vida había sido infinitamente infeliz por haber amado sin ser correspondida: amaba a sus hijos, pero estos no la amaban de la manera que ella esperaba. Amaba sus amigos pero ellos siempre hacían algo que terminaba por desilusionarla. Amaba su casa pero había habitaciones que no eran de su completo agrado, así cada cosa que amaba terminaba a veces por desilusionarla. Se encontraba en un estado bastante complicado de ánimo. A veces sentía que su corazón era uno de sus mayores problemas y terminaba llorando desconsolada por amar sin ser correspondida.
Así fueron pasando los años. Vivía en una eterna melancolía y sus pensamientos terminaban por hundir sus más hermosas emociones, incluso caminaba por la vida con poca esperanza. En uno de esos momento comenzó a sentir que la vida con todos estos problemas era algo que no merecía su atención y que solo debía dejarla pasar. La depresión se apoderó de ella por unos cuantos años, se negó a sentir muchas cosas, porque al final nadie valoraba su esfuerzo.
En el trabajo su historia se repetía cuando ponía atención a los detalles o cuando le apasionaba su tarea, no había nadie allí que le acompañara en su sentimiento.
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Esta es una historia real, y quizás con ella te sientas identificado. En algún momento de tu vida es posible que hayas pensado igual que ella, si es así, te cuento la otra parte de la historia. Sigue leyendo...
Esta mujer tenia un gran amigo que por algún motivo no terminaba de desilusionarla, por lo que se permitía a momentos disfrutar de algunas actividades con él como salir, tomar un helado, caminar, conversar. Siempre trataba de hacer todo esto con cierta regularidad, porque justo después de hacerlo conseguía obtener un recuerdo memorable que le hacia feliz, aunque sólo fuese durante un instante. Era algo en lo que ella ponía un gran valor, una capsula de felicidad atrapada en el tiempo. A pesar de que intentó alguna vez compartirla con él, nunca la valoró como ella esperaba. Pero ella no se rindió y continuó haciéndolo.
Un buen día se dio cuenta que había conseguir reunir una gigantesca colección de recuerdos memorables con él, y que cada vez que tomaba uno, una gran sonrisa que no podía contener aparecía de nuevo al instante en su rostro. Aunque esta pronto sonrisa moría al darse cuenta de que él no sentía lo mismo.
A pesar de ello fue coleccionando cada uno de esos instantes, una buen día descubrió que su frasco estaba lleno y...
Via: http://rualonso.blogspot.com/2013/07/las-endorfinas-que-son-y-en-que-nos.html
"Conservaba cada encuentro. Un recuerdo memorable, sus cejas, sus manos, una frase o una palabra , una sonrisa, incluso una mirada, un pequeño instante congelado en el tiempo, una cápsula de felicidad.
Me dolía enormemente que no le fuera relevante, hasta que comprendí que él no debía valorarlo y que esperar que hiciese eso era restarle valor a mi pequeña cápsula. Entendí que todo eso era mío, entonces las conservé en un frasco como las más valiosas joyas que utilizo para recordar lo infinito de mi alma y el sentido de la felicidad en cada momento de mi vida, aún cuando quizás el momento no sea fácil..."
