Para la mayoría de nosotros, recibir un masaje está considerado casi un lujo. Aunque eso solo es cierto si vas a un salón de belleza para que te traten unos profesionales. Tú mismo puedes masajearte usando tus propias manos. Aprender a dar masajes medianamente decentes no es algo demasiado difícil, y si tienes pareja, seguro que la otra persona estará eternamente agradecida de que te intereses por este mundillo. Como es evidente, las actividades de relajación y contacto físico son ideales para las parejas.
El masaje es una práctica que se viene realizando desde hace miles de años. La cultura griega, la egipcia, la china...Todas ellas poseen referencias históricas que detallan técnicas para masajear el cuerpo humano con el objetivo de mejorar la salud.
Existe una gran variedad de tipologías de masajes: Con piedras calientes...
Al estilo Ashiatsu, en el que una persona camina sobre tu espalda...
Y este, cualquiera que sea...
Una de las técnicas de masaje que está ganando un mayor reconocimiento últimamente es la reflexología.
En ella se estimulan unos puntos específicos del cuerpo (normalmente en las manos o en los pies) para tratar otras partes del cuerpo.
La reflexología se basa en el hecho de que estamos repletos de terminaciones nerviosas. Al estimular algunos puntos claves, la reflexología ayuda a regular la circulación de la sangre a través del cuerpo.
Algunas personas han superado dolores de cabeza, dolores lumbares, problemas digestivos y problemas de insomnio utilizando esta técnica...
Tu pie en particular tiene incontables terminaciones nerviosas, más de 15.000 de hecho.
A pesar de estar sobre ellos todo el día, tus pies siguen siendo muy sensibles debido a esas terminaciones nerviosas, por eso es tan fácil que nos hagan cosquillas.
Observando la siguiente tabla podremos aprender cómo usar la reflexología en nosotros mismos antes de dormir.
Puedes aprender más sobre esta técnica en los siguientes vídeos: