Cuando observas detenidamente el comportamiento de una manada de lobos es fácil pensar que su comportamiento es bastante parecido al de los seres humanos a pesar de las grandes diferencias que nos separan. Viven en familia manteniendo una estructura y una jerarquía fácilmente reconocible, tal y como hacemos nosotros.
No es extraño que los nativos americanos reconociesen en lobos cierto espíritu fraternal. Y al igual que los lobos, en algún momento de la vida los hombres deben medirse a otro de una forma y otra para dejar claro quién es el "macho alfa".
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Sin embargo, este estereotipo de macho alfa proviene de una mala interpretación de la realidad.
Aunque tradicionalmente identificamos al "macho alfa" como aquel individuo que debe imponerse y demostrar mediante la fuerza y la agresividad que él quien tiene el control, resulta que entre los lobos, el liderazgo no está directamente regido por un comportamiento dominante o agresivo dentro del grupo.
"La característica principal de un macho alfa es que aporta confianza al grupo, es tranquilo y seguro de sí mismo. Él sabe lo que tiene que hacer, sabe lo que es mejor para su grupo. Él es un ejemplo para los demás, hace que los demás se sientan más cómodos, tiene una especie de efecto calmante sobre el resto.", comentó el veterano investigador de lobos Rick McIntyre.
Lo cierto es que los machos alfa no son agresivos. No necesitan serlo. "Piensa en un hombre emocionalmente seguro o un campeón. Todo lo que necesita demostrar ya lo ha demostrado", añadió Rick.
Existe una lógica evolutiva detrás de este comportamiento. "Imagínate dos manadas de lobos o dos tribus humanas", dijo McIntyre "¿Cuál tiene más probabilidades de sobrevivir y reproducirse? ¿Aquella en la que todos los miembros cooperan, tienen una relación más estrecha y son menos violentos entre sí, o el grupo cuyos miembros están siempre compitiendo entre sí? "
Por lo tanto, un macho alfa puede desarrollar un papel importante durante la caza, pero tras conseguir abatir a una presa, no tendrá problemas en alejarse esperar tranquilamente hasta que su grupo haya comido y esté saciado. No necesariamente tiene que darse un festín y luego dejar los restos a la manada por ser el macho alfa.
McIntyre ha pasado 20 años observando y estudiando los lobos de Yellowstone. Comienza su jornada temprano, localiza alguno de los grupos de lobo mediante telemetría y luego los observa con un telescopio para detallar todas y cada una de sus actividades.
En todo el tiempo que él ha estudiado el comportamiento de los lobos ha podido observar muy poco actos de violencia hacia los demás miembros de la manada. Son su familia, su compañía, su descendencia (tanto biológicos como adoptados), incluso puede que tenga a algún hermano en el grupo.
Esto no quiere decir que los machos alfa no sean individuos rudos e impetuosos cuando lo tienen que ser. Uno de los lobos de Yellowstone se ganó el apodo de "súper lobo" debido a lo feroz que se mostraba cuando tenía que defender a su familia, y al parecer nunca perdió una pelea ante un rival; sorprendentemente, dentro de su manada, una de sus pasatiempos favoritos era jugar con los cachorros más pequeños.
Los actos de fuerza siempre nos impresionan, pero son los actos de bondad los que mejor recordamos.
Los biólogos solían considerar a los machos alfas como los jefes indiscutibles. Sin embargo, ahora reconocen dos jerarquías en el trabajo de un grupo de lobos, uno entre los machos y otros entre las hembras.
Doug Smith, biólogo que lidera el proyecto de restauración del lobo gris de Yellowstone, afirmó que las hembras tienen mucho más peso en la toma de decisiones que los machos, decidiendo cuestiones como: dónde ir, cuándo descansar o cuándo cazar. La personalidad de la matriarca puede establecer el comportamiento de todo el grupo.
De igual forma lo expresó McIntyre, "Es la hembra alfa quien realmente lleva las riendas."
Claramente, nuestro estereotipo de macho alfa necesita un gran reajuste. Muchos hombres deberían aprender algunas cosas de los lobos como gruñir menos y mantener la calma, tener confianza, ser ejemplar, tener devoción por el cuidado y la defensa de las familias, tener respeto hacia las mujeres y el reparto de las responsabilidades.
Eso es realmente lo que significa ser un Macho Alfa.
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