Los obituarios suelen ser bastante deprimentes aunque a veces nos sirvan para dar ejemplo o esperanza a aquellos que seguimos disfrutando de la vida.A continuación, te mostraremos uno de los mejores que se pudieron escribir jamás.
Hoy lloramos la muerte de un amigo muy querido que estuvo entre nosotros durante muchos años. No se sabe a ciencia cierta cuántos años tenía ya que su registro de nacimiento se perdió hace tiempo.
Será recordado por haber trasmitido lecciones tan valiosas como:
- Saber actuar con sentido común ante las cosas.
- Nunca olvidar que con el esfuerzo personal se obtiene recompensa.
- Ser consciente de que la vida no siempre es justa.
- Ser autocríticos para poder reconocer nuestros propios errores.
Nuestro difunto amigo se llamaba Sentido Común. Siempre lo echaremos de menos.
Si nos ponemos a pensar, el sentido común parece bastante simple. En temas financieros no debemos gastar más de lo que ganamos, y en temas de convivencia, los adultos cuidan de los más jóvenes debido a su experiencia.
Aunque al principio parecía estar bastante sano, su salud se comenzó a deteriorar rápidamente cuando, algunas reglas, aunque bien intencionadas, fueron impuestas de forma autoritaria.
Informes de un niño de 6 años acusado de acoso sexual por besar a una compañera de clase, o de una profesora despedida por sermonear a un alumno indisciplinado solo empeoraron su condición.
El sentido común fue desapareciendo cuando los padres atacaban a los profesores por realizar el trabajo que ellos mismos no hicieron a la hora de educar a sus hijos.
El sentido común perdió el deseo de vivir cuando las iglesias se convirtieron en empresas y los delincuentes comenzaron a recibir mejor trato que sus víctimas.
El sentido común no soportó el duro golpe de saber que no se podía defender ante un ladrón que entraba a su propia casa ya que el mismo ladrón podía demandarte por asalto.
El sentido común finalmente perdió toda voluntad de vivir después de que una mujer no se diese cuenta de que una taza estaba demasiado caliente, derramase un poco de café sobre el portátil y fuese premiada por ese accidente con un despido inmediato.
Por desgracia, no es la primera pérdida que sufrimos, al sentido común le precedieron:
- Sus padres, Verdad y Confianza.
- Su esposa, Discreción.
- Su hija, Responsabilidad.
Aunque no toda la familia ha desaparecido, aún permanecen con vida sus · hermanastros:
- Conozco mis derechos, los quiero ahora.
- Algún otro tiene la culpa.
- Págame por no hacer nada.
No hubo mucha gente en su funeral porque muy poco se enteraron de que nos dejó para siempre.
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