En España estamos acostumbrados al buen clima, sobre todo si vives en el sur y cerca de la costa. Por ello, a la mínima que bajan un poco las temperaturas, tratamos de no salir de casa para no resfriarnos. De hecho, cuando toca llevar a los pequeños de la casa al colegio, les envolvemos con muchas capas e intentamos que pasen el mínimo tiempo posible en la calle.
Sin embargo, en los países escandinavos, los padres dejan a sus hijos en el exterior de sus casas durmiendo la siesta a temperaturas de hasta -5ºC. Ellos aseguran que además de proporcionarles tranquilidad, les ayuda a prevenir infecciones y resfriados.
Esta practica es tan común que incluso en las guarderías sacan a los niños fuera para que duerman la siesta durante el invierno.
En muchas ocasiones, son los padres los que llevan de paseo a sus hijos al aire libre, aunque obviamente les arropan muy bien.
Incluso los carritos están adaptados para poder moverlos por la nieve sin problema.
El tiempo medio de la siesta de sus bebés oscila entre los 90 y 180 minutos, siempre dependiendo de si hace ventisca o no y del tiempo que puedan quedarse sus padres vigilándoles.
Suelen sacarles entre las 09:00 y las 15:00 horas, nunca durante la tarde o la noche.
Aseguran que ellos no corren ningún peligro y que es una costumbre muy arraigada que realizan desde la antigüedad.
Aunque para nosotros parezca increíble, ahora la ciencia parece haberles otorgado la razón. De hecho la investigadora Mario Tourula ha descubierto que los niños duermen más y mejor cuando lo hacen a la intemperie y a bajas temperaturas.
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También se ha demostrado que los niños que hacen esto pasan padecen menos enfermedades que los que duermen dentro de casa.
Sin embargo, la pediatra Margareta Blennow asegura que esto no se debe simplemente al frío, sino a las condiciones ambientales.
Según la doctora, al dormir en el exterior, la transmisión de las enfermedades es mucho menor, ya que necesitan del calor del hogar desarrollarse.
Por otro lado, el hecho de arroparles tanto favorece su descanso, algo que seguramente hayas comprobado tú mismo en casa.
Esta práctica es cuanto menos curiosa, pero parece ser bastante efectiva.
Y tú, ¿pondrías a tu hijo a dormir a -5ºC? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte esta curiosa práctica escandinava con todos tus amigos! Fuente: BBC