Vivimos en una cultura sexual centrada mayoritariamente en el coito. Para muchas personas el sexo es simplemente eso. Sin embargo, aunque al principio pueda parecer desconcertante, es posible llegar al orgasmo sin penetración.
El petting no es un término nuevo, se inventó a mediados del siglo XX. Proviene del verbo inglés "to pet", que alude a la acción de acariciar, besas, mimar... En español se refiere a una relación sexual destinada a la estimulación de los órganos sexuales y los pechos de otra persona, por lo general con las manos o la boca; en la que vale prácticamente todo, menos la penetración.
¿En qué consiste el petting? [the_ad_placement id="social-sharing"]
La idea principal del petting es una práctica sexual que consiste en acariciar y estimular el cuerpo de tu pareja con el fin de excitarlo sexualmente y alcanzar el orgasmo. Por supuesto, no es a lo que muchas parejas están acostumbradas y por lo tanto requiere de complicidad y esfuerzo por parte de los dos.
A esta fase se le conoce normalmente como los preliminares, y antecede a la penetración. Sin embargo, no es necesario acudir a ella para alcanzar el clímax. Este contacto físico hace que cuerpo y mente se relajen y se facilite la excitación.
¿Cómo practicar petting?
Hay varias cosas que debemos tener en cuenta a la hora de llevar a cabo esta práctica. Es muy importante tener una mente abierta, que haya comunicación entre ambos, y que estéis dispuestos a explorar y disfrutar de ella.
Para que culmine con éxito debéis ser creativos, dejar volar vuestra imaginación, seducir a vuestra pareja, masturbaros, introducir fantasías, todo vale.
Estas son algunas de las prácticas más comunes:
Con ropa
El petting no tiene por qué practicarse completamente desnudos. La fricción sobre la ropa también puede llevaros al orgasmo. Colócate en tu posición sexual favorita y muévete como si estuvieras teniendo una relación sexual normal. El roce puede llegar a ser muy placentero. Atados
Cuerdas, lazos o esposas pueden servir para inmovilizar a tu pareja. Una vez que no pueda moverse empieza a acariciar, besar y lamer todo su cuerpo. A partir de ahí todo depende de tu imaginación.
A ciegas
No ver tiene un toque de excitación, aumenta la sensación de indefensión y favorece los sentidos. Dale rienda suelta a la imaginación y crea situaciones donde lo más importante sea lo que se oye, se toca o se huele.
Cambios de temperatura
Crear situaciones distintas puede ser todo un acierto. Juega con un cubito de hielo y los genitales de tu pareja. Una vez que notéis que baja la temperatura, volver a subirla. También podéis utilizar geles de frío o calor para aumentar el placer durante la masturbación. El cambio de temperatura sensibiliza la piel y facilita que llegues al orgasmo.
Masajes
Mimos, besos, caricias. Lame cada uno de sus dedos para generarle una sensación placentera. Y cuando tu pareja empiece a estar excitada, es el momento de optar por un masaje erótico. El masaje tiene un efecto restaurador, libera tensiones y relaja los músculos. Fricciona suavemente, recorre estómago, muslos y roza las zonas erógenas.
Estimulación genital
Las caricias en las zonas erógenas puede ser muy satisfactorias. Y por supuesto no os podéis olvidar del sexo oral. Tanto hombres como mujeres disfrutan enormemente de esta práctica sexual. Es muy importante que os dejéis guiar por vuestra pareja para sentir placer y satisfaceros mutuamente.
¿Conocías esta práctica sexual? ¿La has practicado alguna vez? ¡Cuéntanoslo!
¡Comparte con tu familia y amigos! Imagen de portada: bezikus / Shutterstock Fuente: Rolloid