Si bien la mayoría de las novias optan por el vestido tradicional para sus bodas, Tania Jennings decidió arriesgarse y hacer algo completamente diferente. Esta mujer de 39 años pasó la friolera cifra de 1.000 horas haciendo crochet para conseguir el vestido de novia que siempre soñó. Durante siete meses dedicó todo su tiempo a completar esta ardua tarea llegando a dar las últimas puntadas cuando el taxi se detenía frente a la iglesia el día de su boda.
Tras encontrar la inspiración de lo que sería su vestido por internet, Tania se embarcó en este laborioso proyecto. A pesar de que no era nuevo para ella ya que había estado cosiendo prácticamente desde los tres años, lograr su objetivo le costó más de una noche sin dormir y un esfuerzo constante que la dejó completamente agotada.
Sigue leyendo para descubrir un poco más sobre el increíble trabajo que realizó esta novia original para el día de su boda. [the_ad_placement id="social-sharing"]
Después de encontrar la inspiración para su vestido de boda por internet, Tania se embarcó en un laborioso proyecto que la obligaría a pasar más de 1.000 horas haciendo crochet durante 7 meses.
Conseguir lucir su ansiado vestido el día de su boda hizo que tuviese que estar haciendo crochet a todas horas y en cualquier lugar. Nunca se detuvo y apenas durmió. Finalizar su particular obra de arte le costó sangre, sudor y lágrimas, literalmente.
El vestido contiene alrededor de 150 diseños individuales sin sumar la malla que los une, la cual tardó más de tres semanas en completar.
¿Puedes creer que nunca antes había intentado hacer crochet?
Tania recuerda todos y cada uno de los adornos que tuvo que hacer ella misma a mano. Completar algunos de los diseños más sencillos que adornan su vestido le llevó unos 20 minutos mientras que los más complicados necesitaron más de 80 horas.
Cada adorno del vestido tiene un significado especial para las personas que rodean a Tania. "Mi hija menor Bridgette eligió un elefante, Gabby, mi hija menor, eligió un tulipán, mi marido un vaso de martini. Se puede ver de todo en el vestido, desde una tortuga hasta una jirafa..."
"Cuando llegué a la iglesia todo el mundo miraba el vestido con interés intentando encontrar su diseño"
Alguna que otra vez Tania dudó de sí misma, había veces que pensaba que no alcanzaría su sueño, sin embargo, Andy siempre le dio ánimos para que no perdiese la fe. "Hubo muchas lágrimas a lo largo del proceso, tuve que aprender nuevas técnicas o descartar algunos diseños ya terminados porque simplemente no encajaban bien".
Un par de semanas antes de la boda, Tania estaba segura de que lo conseguiría, y así fue.
Tania necesitó hasta el último segundo para conseguir su sueño. Algunas damas de honor ayudaron a Tania a dar las últimas puntadas al vestido segundos antes de entrar en la iglesia.
El vestido se convirtió en un protagonista más de la ceremonia. La exuberante novia entró por la puerta de la iglesia con una hija a cada lado y una enorme sonrisa en el rostro.
Andy pudo ver como su prometida llegaba al altar llena de felicidad después de haber dedicado tanto esfuerzo en su particular batalla. Nadie estaba tan feliz como Andy al ver que su amada consiguió lo que se propuso.
Así fue la boda de Andy y Tania, una ceremonia marcada por un original vestido hecho con y por amor.
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