Los niños son adorables, pero también pueden ser muy sucios y brutos. Tienden a metérselo todo en la boca, ya sea comida, arena o cualquier cosa desagradable que se encuentren por el suelo. Pero quizás esto no sea tan malo como parece.
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Según el microbiólogo canadiense B- Brett Finlay, los padres nos deberíamos relajar en este aspecto. Finlay es profesor en la Universidad de British Columbia y co-autor de [amazon_textlink asin='0099510960' text='"Let Them Eat Dirt: Saving Your Child from an Oversanitized World"' template='ProductLink' store='rolloid-21' marketplace='ES' link_id='ea780225-e797-11e6-8632-bf3d3df131af'] junto con Marie-Claire Arrieta.
El mensaje fundamental de Finlay es que a los niños hay que dejarlos ensuciarse. Los padres y lo maestros tiende a desinfectar a los niños todo lo posible, pero esto lejos de ser bueno para ellos, es perjudicial. Los microbios que se encuentran en la tierra y en las cosas sucias juegan un papel crucial en la formación del sistema inmunológico de un niño para responder correctamente, y para poblar de microflora su intestino.
"Sólo tenemos que fijarnos en las enfermedades de la sociedad occidental. Me refiero a cosas como el asma, las alergias, la obesidad, la diabetes, la enfermedad inflamatoria intestinal, la depresión, el estrés, la ansiedad o el autismo. Todos estos problemas tiene que ver con microbios."
Finlay asegura que está demostrado que los niños que se crían en granjas o que tienen perros en casa son un 20% menos propensos a desarrollar asma, la razón es porque están siempre en contacto con mayor número de microbios, y a menudo heces, lo que Finlay no considera para nada malo. Los trasplantes fecales se utilizan con éxito para repoblar la microflora en algunos pacientes en los que los microbios intestinales han sido exterminados por los tratamientos con antibióticos.
"La ciencia nos dice que mantener a los niños siempre limpios no es para nada lo mejor para ellos. Los padres tienen que relajarse y darse cuenta de que los niños van a metérselo todo en la boca; esto es parte de su experimentación del mundo, saborean el mundo en el que vivimos, y a la misma vez reponen todos esos microbios que necesitan para desarrollarse."
Los padres deben ajustar el punto de vista de lo que se considera una buena higiene.
Otro de los aspectos que Finlay considera sumamente importante es la dieta. Los carbohidratos refinados dejan poco a la parte inferior del intestino para digerir, por lo que esta no se alimenta de los suficientes microbios. Hay que hacerla funcionar consumiendo cereales integrales, frutas, verduras ricas en fibras y nueces.
¿Serás capaz de dejar que tus hijos no estén siempre impecables? Recuerda que es bueno para ellos.
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