No hay muchas criaturas en el mundo que sean como las temibles tortugas mordedoras. Con una mandíbula que podrían arrancarte un dedo - en realidad son algunos de los animales más temibles (o temidos) de todo el mundo.
Pero esto no impidió que Paul y Diane mostrasen la bondad que se merecía una tortuga mordedora. Cuando la pobre tortuga entró en su jardín, herida, se dieron cuenta que había sido gravemente maltratada, y ellos sabían que tenían que ayudarla.
Aunque las tortugas mordedoras son típicamente consideradas como peligrosas, Paul y Diane no dudaron en ayudarla cuando ésta entró malherida en su jardín.
La tortuga había sido apuñalada a través de la cáscara con un destornillador, y también perdió un ojo en el ataque.
Sin embargo, a pesar de lo que ha sufrido la tortuga por algunas personas crueles, nunca se mostró agresiva con sus rescatadores. Así que, Paul y Diane la llevaron a la clínica veterinaria para tratarla. Douglas Holmes, un herpetólogo del zoológico de Peoria, se ofreció a cuidar de la tortuga en su propia casa, y pronto estará de nuevo recuperada. Después de nueve meses de recuperación, llevaron a la tortuga finalmente a un pantano y puesta en libertad de nuevo en su hábitat natural. Incluso después de sufrir tales maltratos, tuvo una segunda oportunidad gracias al amor y el cuidado de unos pocos individuos que supieron ver más allá de un animal peligroso.
Douglas estaba contento de que la tortuga fuese capaz de volver a su casa real, con la última frase, "Los animales merecen esa oportunidad. Siempre te sientes bien cuando ves a un animal en libertad".
Por desgracia, aún no se han hallado a los culpables de este crimen, pero por suerte, Tuttle está muy lejos de ellos ahora.
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