Bram es un burro que ha llevado una vida muy difícil. Durante su infancia, fue maltratado y mal alimentado durante muchos años, hasta que un grupo de personas con buen corazón lo acogieron y le dieron un hogar lleno de amor en Holanda.
A pesar de vivir mucho mejor en su nueva casa llena de amistad y amor, el cuerpo de Bram había sufrido muchos golpes durante su infancia lo que le dejó graves secuelas. Debido a que sufría graves problemas en las piernas y pulmones, los voluntarios del santuario decidieron sacrificarlo. Los demás burros que vivían con él expresaron su dolor ante tal difícil decisión.
Es sorprendente cómo los animales expresan su dolor por la pérdida de un ser querido, en este caso Bram, y que nos hace recordar que los animales no son tan diferentes de nosotros como nos pensamos, y que también tiene sentimientos. Por ello, es lamentable la gente que los trata como si de seres inanimados se trataran y no son para nada respetuosos con ellos.
Menos mal que hay gente con buen corazón que no solo decide acogerlos sino que le ayudan a sobrevivir y a superar los traumas que otros humanos les han causado.
Esperemos que con vídeos como este cada vez más gente se conciencie de ello.
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