Un infarto agudo de miocardio, comúnmente conocido como "ataque al corazón", "ataque cardíaco" o sencillamente "infarto", se produce como consecuencia de una obstrucción de una de las arterias coronarias causada, frecuentemente, por una ruptura de una placa de ateroma.
Es más común en personas mayores y es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. El riesgo de morir al sufrir un ataque cardíaco es de un 50% si no se trata inmediatamente, por lo que es imprescindible tratar de evitarlo de cualquier manera posible.
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Aproximadamente un mes antes comenzarás a sentirte inusualmente débil, este es un síntoma clave producido por la falta de flujo sanguíneo y circulación debido al estrechamiento de las arterias.
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El mareo es otro de los síntomas de la escasez de flujo sanguíneo y no debes pasarlo por alto. La falta de circulación adecuada afecta al flujo de sangre que llega al cerebro y esto produce mareos.
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Después de los mareos, puedes experimentar sudores fríos, que es otra señal de que tu cuerpo no tiene un flujo sanguíneo adecuado. Sentirás frío y, en general, te encontrarás enfermo.
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Si estás experimentando dolor en el pecho o en otras áreas del cuerpo como los brazos, la espalda y los hombros, debes acudir al médico de inmediato. El dolor y la opresión en el pecho son síntomas claves que te ayudarán a reconocer y prevenir un ataque al corazón.
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Muchas víctimas de ataques al corazón también experimentaron síntomas de resfriado o gripe un mes antes de su enfermedad. Este es un buen indicador de que tu salud no debe pasarse por alto.
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Junto con la debilidad general del cuerpo, la fatiga constante es otro fuerte indicador de que tu cuerpo está experimentando una falta de suministro de sangre.
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Este otro síntoma clave a tener en cuenta. Los pulmones, como todos los músculos, requieren oxígeno y un flujo sanguíneo adecuado, por ello, cuando tu corazón no funciona correctamente, tus pulmones se verán afectados y sentirás dificultad para respirar.
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Otros signos importantes que indican que estás cerca de sufrir un ataque cardíaco son las náuseas, la indigestión, la acidez estomacal o el dolor abdominal.
Si sufres alguno de estos síntomas, acude a tu médico de inmediato, puede que estés a salvo, pero siempre es mejor prevenir que curar.
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