Esta madre rompió a llorar después de que ella y su hijo conociesen a un hombre en la cola del supermercado. El comportamiento de aquel extraño te llegará al corazón.
Al tener a cuatro familiares hospedados en casa, mi mujer se encontraba muy ocupada haciendo todo lo posible para que se sintieran cómodos, por lo que cuando fue necesario comprar algunas cosas de casa como bolsas de basura, bombillas, papel de cocina o detergente me ofrecí voluntario para ir hasta el supermercado más cercano.
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Tras un corto viaje en coche llegué a mi destino, cogí lo que necesitaba y me dirigí hasta la caja. Justo me disponía a poner mis cosas sobre la cinta transportadora cuando veo que un chico de unos 16 años bloquea la cola impidiéndome el paso.
Como no tenía ninguna prisa, esperé pacientemente a que aquel joven terminase lo que hubiese ido a hacer ahí. En ese momento, el chico comienza a hacer señas con las manos y a gritar con todas sus fuerzas, "¡Mamá, estoy aquí!"
En ese momento me di cuenta. Era obvio que aquel chico tenía problemas mentales y que se sorprendió al girarse y verme tan cerca de él. Sus ojos se abrieron como platos cuando de repente se me ocurrió hablar con el chico.
-"¡Hola amigo! ¿Cómo te llamas?"
-"Me llamo Denny y estoy comprando con mi mamá", me responde orgulloso.
-"¡Genial! ¡Qué nombre tan chulo! Me gustaría llamarme Denny, pero me tengo que conformar con llamarme Steve. ¿Qué edad tienes Denny?"
-"¿Qué edad tengo ahora mamá?", le pregunta a su madre casi había llegado hasta la caja.
-"Tienes 15 años Denny, ahora sé un buen chico y deja pasar a este hombre."
En lugar de marcharme, miré con complicidad a la madre y continué hablando con el chico unos minutos más sobre su escuela, el verano y su bicicleta. Vi cómo sus ojos marrones brillaban de entusiasmo cuando hablaba conmigo porque veía que un extraño le prestaba atención. Luego se volvió bruscamente y se dirigió hasta la sección de juguetes.
La madre de Denny, aún mostrando su asombro en su rostro, me agradeció que le dedicase un poco de atención a su hijo. Me dijo que la mayoría de la gente no pierde el tiempo en mirarlo, y mucho menos cruzan una sola palabra con él.
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Le dije que era un placer poder hablar con su hijo, y luego, sin saber muy bien por qué, continué:
"A lo largo de nuestro camino vemos constantemente rosas rojas, amarillas y rosas, sin embargo, las rosas azules son muy raras y valoradas por su belleza y singularidad. Denny es sin duda una rosa azul. Si no te paras a olerla y a acariciarla con dulzura habrás perdido una gran oportunidad de disfrutar de algo tan especial como él."
La mujer se queda en silencio unos segundos y con los ojos llenos de lágrimas me pregunta, "¿Quién es usted?".
Sin pensar le contesto: "solo una persona normal y corriente".
La mujer se acerca a mí, me estrecha la mano y dice: "Que Dios te bendiga".
La próxima vez que veas una "rosa azul" no mires hacia otro lado y sigas tu camino. Tómate tu tiempo para sonreír y saludar porque aquella madre podrías haber sido tú y el chico podría ser tu hijo, tu nieto o tu sobrino. Ama con generosidad, habla con amabilidad y cuida de los demás.
"Las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero nunca olvidarán como les hiciste sentir."
