Con la llegada del frío, también llegan las enfermedades infecciosas. En las escuelas y en las guarderías, los virus se propagan más rápido de lo normal.
A pesar de que la mayoría de los niños están vacunados contra las enfermedades más extendidas, hay algunos agentes bacterianos que mutan y cambian constantemente. Por lo tanto, resulta muy complicado encontrar una cura efectiva a ciertos virus.
La estomatitis vesicular enterovírica con exantema, también conocida como "enfermedad manos, boca y pie", es una de las infecciones más comunes entre los niños, sobre todo los que van a la guardería. Esto se debe a que se contagia a través de la saliva y los mocos.
Los niños no tienen ningún pudor a la hora de estornudar encima de otros o besarles. Además comparten juguetes que se meten en la boca e incluso comida. Están constantemente en contacto físico entre ellos, y es por esto por lo que la enfermedad se propaga tan fácilmente.
Los expertos predicen que este año se podría alcanzar el récord de afectados por esta infección.
Los síntomas del virus son muy similares a los de un resfriado. Las personas que lo contraen comienzan a tener fiebre y dolor de garganta. A continuación empiezan a salirles manchitas rojas en las manos, la boca y los pies. Incluso en los casos más graves, se han llegado a encontrar aftas en los genitales.
El problema de esta enfermedad vírica, como hemos comentado anteriormente, es que es muy infecciosa y se contagia con mucha facilidad a través de la saliva o el moco. Es decir, seas niño o no, si la persona afectada te besa o estornuda a tu lado, es muy probable que la contraigas.
A pesar de lo desagradable que es, esta infección en principio no es demasiado peligrosa. Aún así, lo ideal es que, a la mínima que tanto tú, como tu hijo, nieto o sobrino experimentéis fiebre o alguno de sus síntomas, acudáis al médico.
Además, si finalmente contraes la enfermedad, tendrás que permanecer en casa hasta que estés completamente curado para no contagiar a otras personas.
Los síntomas del virus no suelen ser muy perceptibles, pero, si no se tratan a tiempo, pueden conducir a complicaciones graves, especialmente en las personas con un sistema inmunológico débil. En ocasiones, incluso se han dado casos de meningitis y encefalitis a causa de esta enfermedad.
Para evitarlo, comprueba que tus hijos se laven bien las manos al llegar a casa, antes de comer y después de visitar lugares públicos.
Como puedes ver, una enfermedad a simple vista no muy grave, puede desencadenar muchos problemas por no ser tratada a tiempo. Por ello insistimos en que, a la mínima que experimentes unas décimas de fiebre, acudas al médico. Solo un especialista podrá analizar tu caso y recetarte el tratamiento adecuado.
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