Freddie Combs, un pastor protestante de cuarenta años y cariñoso esposo, nos regala una de las mejores actuaciones inesperadas de las que haya sido testigo Factor X.
Este hombre que pesa nada más y nada menos 226 kilos, y que ya había perdido 180 kilos después de casi haber perecido por obesidad mórbida, se presentó en el escenario subido a una silla de ruedas empujada por su esposa, Kay. De hecho, todo el equipo del escenario tuvo que ayudar a transportar a Combs hasta el escenario.
Al principio, su aparición sorprendió a los jueces, pero antes de que pudieran formular ningún comentario respecto a su peso o a la silla de ruedas, Combs, que iba preparado con unas ocurrencias ingeniosas, les dijo de broma al jurado: "Dale a un niño gordo una oportunidad".
El jurado se dejo llevar por estas palabras y comenzó la actuación. Una vez que Combs reveló su voz celestial, los jueces y el público por igual quedaron completamente impresionados.
Combs, que interpretó la exitosa canción de Bette Midler "Wind Beneath My Wings", mostró que a pesar de su sobrepeso cuenta con una preciosa voz. Britney Spears, una de las jueces, llegó a llorar por la valentía y la determinación de Combs para mostrar públicamente su pasión por el canto, a pesar de poner en riesgo las posibilidades de ser humillado y burlado debido a su condición física.
Combs dedicó su audición a su esposa y le dijo: "Mi mayor sueño sería dar esperanzas a las personas de mi tamaño de saber que pueden lograr sus sueños siempre que se lo propongan".
Sin duda, este acto de valentía de Combs es muy admirable y estamos muy contentos de que haya vencido sus miedos y se haya presentado a este programa. Esto es sólo una prueba más de que nunca se debe juzgar un libro por su portada.
¡No dudes en compartirlo con todo el mundo!
(Avanza hasta el minuto 2:40 para ver directamente la actuación)
https://www.youtube.com/watch?time_continue=142&v=-5JbPrhCQjE