Freír un huevo no es tan fácil como muchos nos quieren hacer pensar. Romper la cáscara, verterlo en la sartén con el aceite caliente sin sufrir quemaduras de tercer grado por las salpicaduras y además conseguir que la yema no se rompa, es toda una hazaña.
Si acostumbras a desayunar un par de huevos fritos y te pones de mal humor, para el resto del día, si tu huevo se rompe, aprende este sencillo y eficaz truco para evitarlo.
¿Odias las yemas rotas? Aprende cómo evitarlo
Solo tienes que seguir estos sencillos pasos para que no te vuelva a ocurrir.
1- Separa la clara de la yema
En el primer paso se te puede romper alguna yema, pero es mucho menos probable que lanzando el huevo directamente a la sartén.
2- Primero la clara a la sartén
Cuando el aceite esté caliente, vierte la clara sobre la sartén para que empiece a freírse.
3- Coloca la yema ¡Con cuidado!
Ahora solo tienes que verter, con extremo cuidado, la yema sobre la clara. De esta forma te aseguras que jamás se rompa.
Este método es perfecto para aquellos a los que les encanta la clara muy hecha, al borde de la carbonización y la yema totalmente blanda. Podrás elegir cuánto se cocina cada una.
Si te has quedado con ganas de aprender más trucos para preparar unos huevos perfectos, aquí te dejamos con los mejores trucos con huevos que jamás hayas visto.
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Aprenderás si un huevo es o no fresco, la mejor forma de separar la clara de la yema e incluso cómo convertir tu huevera en un huerto en miniatura. ¿Qué más se puede pedir?