Seguramente te haya pasado alguna vez eso de llegar a casa, ir a quitarte las lentillas y darte cuenta de que una de ellas no está por ninguna parte. Probablemente lo primero que haces en esos momentos es frotar tu ojo a la desesperada para tratar de sacarla lo más rápido posible. Pero tranquilo, no eres el único al que le ha pasado.
¿Se pueden "perder" las lentillas en los ojos?
Esto es lo primero que debes saber. No, una lente de contacto no puede quedarse "atascada" en el interior del ojo. Incluso si se mueve, siempre serás capaz de quitártela.
Aunque la estructura del ojo es compleja, está muy bien protegida, por lo tanto, cualquier cuerpo extraño como el polvo, una pestaña o una lentilla, es expulsado. Además, las lentillas están fabricadas para ayudarte a quitártelas.
Entonces, ¿por qué no puedo encontrar la lentilla?
La solución es sencilla, o bien se te ha caído a lo largo del día o bien está debajo de tu párpado superior. En este último caso, no te preocupes, por lo general saldrá por sí sola, aunque puede tardar horas e incluso días. Aún así, si sientes molestias, acude a un profesional para que la extraiga.
¿Cómo debo quitarme las lentillas de la manera correcta?
Uno de los errores más comunes que hace que las lentillas se muevan de su sitio y no puedas sacarlas es el hecho de no realizar correctamente el proceso. Para quitarte las lentillas de manera efectiva debes seguir estos pasos:
- Añade unas gotas de líquido para lentillas directamente en el ojo, ciérralo y masajéalo. Esto hará que la lentilla vuelva a su sitio y te resultará más fácil quitártela.
- Si esto no funciona, dale la vuelta al párpado con cuidado. Suena peligroso pero en realidad no experimentarás nada de dolor.
Como ves, lo peor que puedes hacer es entrar en pánico.
¿Cómo te quitas tú las lentillas? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: Vision Direct Este artículo se ha realizado únicamente con fines informativos, no está destinado a proporcionar asesoramiento médico. ROLLOID no se responsabiliza de las posibles consecuencias de cualquier tratamiento, procedimiento, ejercicio o modificación de la dieta, que se ponga en práctica tras la lectura de esta publicación. Antes de realizar cualquier cambio en tus hábitos de vida, debes consultarlo con tu médico.