Cuando nos hablan de lobotomía, se nos viene a la cabeza una práctica quirúrgica que sucedió hace mucho tiempo y que hoy ya no tiene sentido en nuestra sociedad. Lo cierto es que hace menos de un siglo que empezó a practicarse, y entre 1936 y 1950 fue cuando más se extendió por Estados Unidos.
La lobotomía es una incisión en el lóbulo cerebral que tenía la finalidad de controlar la depresión y los trastornos obsesivos-compulsivos. Algunos pacientes perdieron la vida durante la cirugía y los que sobrevivieron, no volvieron a ser los mismos.
Este procedimiento quirúrgico llegó a recibir un Premio Nobel en 1949 y pronto esta práctica se fue poniendo en marcha a nivel mundial. La operación provocaba una “infancia inducida”, obediencia y un comportamiento digno de un niño pequeño.
Cabe señalar que hoy en día es necesario tu consentimiento o el de algún familiar de primer grado para someterte a una operación. En aquellos años no era necesario, sino que los cirujanos consideraban si debían hacer las lobotomías o no y no informaban de los posibles efectos secundarios.
Tanto es así que se utilizó contra las mujeres que no obedecían a sus maridos. Se realizaba un informe que aseguraba que no estaban en plenas condiciones y se sometía a la mujer a lo que conocemos coloquialmente como “lavado de cerebro”.
Sin duda, esta incisión destruía la vida de las personas, incluso podía dejarlas en estado vegetal. Por supuesto les provocaba una bajada del nivel de inteligencia y los hacía fácilmente manipulables. A menos que murieran en el quirófano, estos resultados se consideraban como la parte negativa de la lobotomía, efectos secundarios de la operación.
Esta práctica era cruel y salvaje y, a veces, se teatralizaba haciendo las operaciones en salas con espectadores. Normalmente eran otros expertos o estudiantes y se llegaban a realizar hasta 25 lobotomías en un día, algunas practicando la perforación del cráneo a través de los dos ojos.
Alrededor de 2.000 militares que fueron a la guerra sufrieron los efectos de la lobotomía para evitar problemas mentales o depresión después de los enfrentamientos. La homosexualidad también era motivo de lobotomización para los veteranos de guerra, la mayoría de las veces en contra de su voluntad.
Esta cirugía era una atrocidad que prometía la cura de esquizofrénicos, homosexuales e incluso de las migrañas, pero lo único que hacía era dejar a los pacientes en estado de sumisión. Cuando la lobotomía perdió prestigio, se comenzó la investigación de la “lobotomía química”, lo que abriría otra etapa de incertidumbre hasta que se erradicó por completo.
¿Sabías estas curiosidades sobre la lobotomía? ¿Habías oído alguna vez hablar de ella? ¡Comparte con tus amigos estas curiosidades de la lobotomía!