Cada día encontrar el hogar perfecto para vivir se está convirtiendo en una tarea cada vez más difícil. Si no es por el precio desorbitado, es la localización, o simplemente no sentimos esa conexión con la casa como para llamarla nuestro hogar.
Lo mejor que puedes hacer es construirte tu propio hogar, pero tampoco resulta muy barato que digamos, pero esta familia ha conseguido convertir, por no mucho dinero, este contenedor en un hogar del que estar orgullosos.
De contenedor a el hogar de toda una familia.
Por fuera parece simplemente un contenedor más de los que te puedes encontrar amontonado en cualquier puerto, pero su interior te dejará sin palabras.
Por la noche aún parece peor.
Lo único que te da alguna pista de lo que te puedes encontrar en su interior es la puerta blanca, las dos macetas y la pequeña mesa de exterior.
Unos increíbles suelos de madera recubren el interior del contenedor. Un techo espectacular y una espacio abierto te dejan sin palabras al entrar por la puerta.
Pero por dentro la cosa cambia radicalmente.
Al igual que el suelo, las paredes tienen unos paneles claros de madera que te trasladan a una cabaña en medio de la montaña.
A pesar de tener un concepto de vivienda abierta, cuenta con 3 espacios claramente diferenciados. La sala de estar, el dormitorio y una espaciosa cocina.
La cocina de esta mini casa cuenta con mucho más almacenaje del que cabe esperar, un horno y espacio de sobra para cocinar todos los platos que te imagines.
La elección de colores no podría ser mejor, y el bonito azul de las puertas de la cocina le da el toque perfecto al espacio.
El dormitorio, sin ser enorme, tiene espacio de sobra para que dos perdonas duerman cómodamente.
Lo que no puede faltar en una casa, independientemente de su tamaño, es un baño, en este caso completo, equipado con lavadora y secadora. ¡Mucho mejor que el mío!