Según un estudio de UNICEF realizado en 2013, los niños holandeses se clasificaban como los más felices del mundo. De 29 países industrializados presentes en el estudio, España se encuentra en el puesto número 19 y Estados Unidos en el 26. Los niños holandeses estaban primeros en tres de las cinco categorías.
UNICEF no es la primera organización que llega a esta conclusión. Las encuestas realizas por el Britain's Child Poverty Action Group y por la Organización Mundial de la Salud llegaron a las mismas conclusiones en cuanto al estado de felicidad de los niños holandeses.
A continuación te explicamos algunas cosas que debes aprender de los padres holandeses.
1- La construcción de la independencia de los niños es primordial.
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Los padres holandeses les dan a sus hijos un alto grado de independencia, permitiéndoles montar en bicicleta solos desde muy pequeños para ir al colegio o a casa de sus amigos, e incluso trepar a los árboles sin supervisión.
Los padres son conscientes del riesgo que conlleva, pero lo miran desde otra perspectiva. Por ejemplo, la mayoría de los niños van a cursos de seguridad para bicicletas.
2- Ambiente sin presión en el colegio.
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En los colegios holandeses no se enseña a leer ni a escribir hasta los 7 años y los niños no reciben deberes hasta la adolescencia. Sin embargo, el rendimiento escolar y la participación es mayor.
Motivan a los niños a hacer las tareas y a aprender. Allí la educación tiene un propósito muy diferente, que es el bienestar del niño y el desarrollo individual. No hay una presión real para conseguir la mejor nota.
3- El tiempo en familia es primordial.
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No se trata de pasar tiempo en familia de la forma que lo tenemos asimilado. Es algo estresante y crea tensión sobre las personas que lo disfrutan. A los padres holandeses les gusta pasar mucho tiempo relajados en comidas familiares o tener a los niños jugando cerca mientras asisten a otros intereses y proyectos.
Aunque los holandeses nos enseñan cómo educar a los hijos para que sean más felices, también debemos saber cómo conseguir que los hijos abandonen los malos comportamientos.