La picadura de mosquito de su hijo tenía muy mal aspecto, entonces los médicos se dieron cuenta de que no tenía nada que ver con una alergia...

La picadura de mosquito de su hijo tenía muy mal aspecto, entonces los médicos se dieron cuenta de que no tenía nada que ver con una alergia...

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Mateo Kirk, de 11 años, se dio cuenta de que un mosquito le había picado en la nariz cuando estaba de vacaciones con su familia. El orificio nasal derecho se le había hinchado un poco.

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En un primer momento no le dieron mayor importancia, pero según iban pasando los días, la picadura se iba haciendo cada vez más y más grande. Un día, un amigo de la familia le comentó a los padres que esa picadura no era normal.

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Al ver que la picadura no mejoraba, los padres se dieron cuenta de que no era una simple reacción alérgica a un mosquito y lo llevaron al médico.

El primer médico al que le llevaron le dijo a los padres que creía que era una infección bacteriana.

La picadura seguía creciendo y extendiéndose por su cara hasta que llegó al tamaño de una pelota de tenis.

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Entonces comenzaron a hacerle pruebas y vieron que no era ni una picadura de mosquitos ni una infección bacteriana.

El bulto era una masa mortal conocida como rabdomiosarcoma alveolar, un tumor cancerígeno poco común que sólo afecta a 10 personas cada año.

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La familia de Mateo se sorprendió. Nunca se les habría ocurrido que su hijo pudiese tener cáncer porque era un niño muy activo y saludable.

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Los padres de Mateo viajaron con su hijo desde el Reino Unido a Oklahoma para que recibiese un tratamiento intensivo de nueve semanas que utiliza una terapia de protones.

Para evitar la pérdida de cabello que produce la quimioterapia, se afeitó la cabeza con antelación.

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La quimioterapia estaba dejando la boca de Mateo seca, pero estaba funcionando. Mateo impresionó a todos los de su alrededor con su fuerza y determinación inquebrantable.

Después de volver a casa, Mateo se sometió a una sesión final de quimioterapia.

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Hoy en día, está curado.

Mateo y su familia están muy contentos de poder volver al fin a sus vidas normales, y son conscientes de que la enfermedad de Mateo les ha hecho más fuertes que nunca.

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El caso de Mateo podría pasarle a cualquiera. Siempre que creas que hay algo que no va bien, acude a tu médico de cabecera, un tumor a tiempo es mucho más fácil de curar.

¡Comparte esta historia de superación con todos tus amigos para que todos estén alerta!

Fuente: Little Things
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