Las uñas crecen aproximadamente 0,1mm al día, por lo tanto, se renuevan completamente en un periodo aproximado de 3 a 6 meses. Sin embargo, hay diversas condiciones que alteran su crecimiento saludable y hacen que se descamen, se debiliten y acaben rompiéndose.
Cuando este problema se vuelve grave, se le conoce como Onicorrexis. Generalmente, si se trata de la manera adecuada, no suele durar mucho tiempo. Por eso, si no le ponemos remedio, puede conducir a infecciones más peligrosas.
Causas principales de la descamación de las uñas
Las uñas están compuestas por una proteína llamada queratina, la cual está formada por capas. Esta sustancia se encarga de nutrir a la uña, por lo que cuando escasea, se produce una descamación. Sin embargo, hay otras muchas causas que podrían dar lugar a esta condición.
Si el origen tiene que ver con una mala alimentación, puede ser debido a la falta de calcio. Para contrastarlo, lo ideal es consumir lácteos como la leche, el yogur o el queso y verduras de hojas verdes como las espinacas y las acelgas.
Además, también puedes tomar suplementos de calcio o de vitamina A, B y D. Por otro lado, se debe evitar la ingesta de bebidas gaseosas, té y café, porque interfieren en la absorción de este nutriente.
Otra de las causas más comunes de este problema es la deshidratación. Si este es tu caso, es importante que consumas frutas, agua y vegetales.
Cabe destacar que, las personas que se muerden las uñas, son más propensas a sufrir descamación. Esto se debe a que sus uñas se encuentran constantemente en contacto con el agua (la saliva) y hace que se debiliten.
Los problemas patológicos como el hipotiroidismo, la psoriasis, la anemia, la enfermedad de Raynaud o la carencia de vitaminas A, C, D y B, también debilitan la uña e impiden la formación de queratina.
Otros hábitos como ponerse uñas postizas, limar exageradamente las uñas, el uso de esmaltes de mala calidad o con demasiado formol, el abuso de quitaesmaltes con químicos muy agresivos, o no dejar a las uñas respirar durante un par de días, también afectan a la salud de estas.
Por último, factores externos como el frío, el agua o el polvo y condiciones como el estrés o la falta de sueño, son otros agentes perjudiciales para la salud de las uñas.
Consejos para mantener unas uñas saludables
- Disminuye el uso de jabones.
- No utilices esmaltes de mala calidad.
- Reduce el tiempo de exposición al agua.
- Utiliza esmaltes específicos para evitar la aparición de escamas.
- No abuses del uso de detergentes y productos de limpieza.
- Sumerge los dedos en un recipiente con vinagre de manzana durante 3 minutos, 2 veces por semana.
- Aplica crema hidratante después de cada lavado.
- Hidrata las uñas con un algodón impregnado en aceite de oliva.
- Utiliza guantes cuando vayas a lavar los platos y cuando haga mucho frío.
- Aplica un fortalecedor de uñas al menos tres veces a la semana.
- Espacia un poco más los tratamientos de manicura como limar o pintar las uñas.
- Utiliza quitaesmaltes sin acetona.
- Toma suplementos de vitaminas del grupo A, B, C, D y H.
- La levadura de cerveza en cápsulas también es un buen suplemento.
Remedio natural para fortalecer las uñas
Mezcla 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de miel pura de abeja, una pizca de sal y 1 yema de huevo. Aplícate la solución resultante sobre las uñas y déjala actuar durante 20 minutos. Repite este proceso unas dos o tres veces a la semana.
Siguiendo estos consejos conseguirás unas uñas fuertes y sanas, además, evitarás que se descamen y acaben rompiéndose.
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